El préstamo busca mitigar cortes de energía agravados por la guerra con Hezbolá, en un país con infraestructura deficiente y escasez de combustible.
Préstamo aborda emergencia energética en Líbano
El Banco Mundial aprobó un préstamo de 250 millones de dólares para Líbano, destinado a aliviar los severos cortes de energía que afectan al país, según informó el Ministerio de Finanzas libanés. La crisis energética, exacerbada por la guerra entre Israel y el grupo terrorista Hezbolá, ha dejado a millones de libaneses con acceso limitado a electricidad, agravando las condiciones de vida en una nación ya golpeada por años de inestabilidad económica y política.
la guerra, que intensificó los bombardeos y enfrentamientos en el sur de Líbano, dañó infraestructura crítica, incluyendo plantas eléctricas y redes de distribución. Electricité du Liban, la compañía estatal de electricidad, ha enfrentado dificultades para operar debido a la falta de combustible importado, un problema crónico que precede al actual conflicto. En 2024, los libaneses enfrentaron cortes de hasta 22 horas diarias, dependiendo de generadores privados que muchos no pueden costear.
El préstamo forma parte de un esfuerzo más amplio para estabilizar el sector energético. Fuentes del Banco Mundial indicaron que los fondos se destinarán a mejorar la capacidad de generación y distribución eléctrica, priorizando proyectos que beneficien a comunidades vulnerables. Además, se espera que el financiamiento ayude a reducir la dependencia de generadores diésel, cuya operación ha generado preocupaciones ambientales y de salud pública.
Antes de la guerra, Líbano ya enfrentaba una crisis económica sin precedentes, con una moneda devaluada en más de 90% desde 2019 y una inflación que alcanzó el 200% en 2023, según el Fondo Monetario Internacional. La escasez de divisas limitó la importación de combustible, paralizando el suministro eléctrico. La infraestructura energética, en gran parte obsoleta, no ha recibido mejoras significativas en décadas debido a la corrupción y la inestabilidad política.
Datos clave sobre la crisis energética en Líbano
- El 90% de los hogares libaneses dependen de generadores privados para electricidad.
- La red eléctrica estatal provee en promedio 2 a 4 horas de energía diaria.
- El costo de importar combustible representa el 40% del presupuesto nacional.
- El Banco Mundial estima que Líbano necesita $11.000 millones para reconstrucción total.
- La capacidad instalada de generación eléctrica es de 2.000 MW, pero solo opera al 20%.
Reconstrucción y financiamiento internacional
El Banco Mundial señaló que la guerra con Hezbolá elevó las necesidades de reconstrucción de Líbano a $11.000 millones, abarcando no solo el sector energético, sino también viviendas, carreteras y hospitales. El préstamo de 250 millones de dólares es un componente de un programa de reconstrucción más amplio, valuado en $1.000 millones, que incluye fondos de donantes internacionales. En octubre de 2024, el gobierno libanés recibió una aprobación preliminar para aumentar este préstamo a $400 millones, aunque los detalles aún están en negociación.
La ayuda internacional ha sido crucial para Líbano, que enfrenta una deuda pública de $100.000 millones, equivalente al 200% de su PIB, según el Banco Mundial. Países como Francia, Arabia Saudita y Qatar han comprometido fondos para la reconstrucción, aunque la dispersión de la ayuda se ha visto obstaculizada por la falta de un gobierno central fuerte. Desde la explosión del puerto de Beirut en 2020, la comunidad internacional ha exigido reformas estructurales para garantizar la transparencia en el uso de los fondos.
la guerra con Hezbolá complicó aún más la situación. Los combates, que comenzaron en octubre de 2023 tras ataques transfronterizos, dejaron 2.500 muertos y desplazaron a 1,2 millones de personas, según la ONU. Las hostilidades dañaron 15 subestaciones eléctricas y 20% de las líneas de transmisión, incrementando la presión sobre un sistema ya colapsado. A pesar de los esfuerzos de reconstrucción, expertos advierten que sin una solución política al conflicto, los avances en el sector energético podrían ser temporales.
El gobierno libanés, liderado por el primer ministro interino Najib Mikati, ha priorizado la estabilización energética como un paso hacia la recuperación económica. Sin embargo, la implementación de los proyectos financiados por el Banco Mundial enfrenta desafíos logísticos, incluyendo la inseguridad en las zonas afectadas por la guerra y la necesidad de coordinar con múltiples actores internacionales. La comunidad internacional sigue comprometida, pero la magnitud de la crisis requiere un esfuerzo sostenido.