A una semana de finalizar su mandato como secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken presentó la visión de la administración Biden sobre el futuro de Gaza, destacando la necesidad de un rol significativo para la Autoridad Palestina, una postura que enfrenta la oposición del gobierno de Benjamin Netanyahu.
Durante un extenso discurso en el Atlantic Council, Blinken abordó diversos temas relacionados con la guerra y la situación de Medio Oriente. Críticas a la estrategia israelí marcaron su intervención, especialmente por la falta de un plan alternativo para reemplazar a Hamás, cuyo reclutamiento de combatientes continúa a pesar de las bajas sufridas en los últimos 15 meses de guerra.
El secretario de Estado anunció que su administración entregaría la propuesta al equipo de Donald Trump, en caso de que se llegue a un alto el fuego, ya que tanto Israel como Hamás parecían estar cerca de un acuerdo.
Según Blinken, la Autoridad Palestina debería convocar a actores internacionales para establecer y gestionar una administración interina que se encargue de sectores clave en Gaza, como los servicios bancarios, el agua, la energía, la salud y la coordinación civil con Israel.
Aunque no especificó detalles sobre los financiadores de esta iniciativa, Blinken mencionó que la comunidad internacional apoyaría esta administración provisional, que trabajaría en conjunto con un alto funcionario de la ONU encargado de supervisar la reconstrucción de Gaza. El objetivo es reemplazar este comité por una Autoridad Palestina reformada lo antes posible.
Una misión de seguridad provisional, compuesta por tropas de países aliados de Estados Unidos y personal palestino, se encargaría de garantizar la ayuda humanitaria, así como de la seguridad fronteriza y la prevención de contrabando. Blinken reveló que varios aliados ya han mostrado disposición para aportar fuerzas de seguridad, aunque bajo la condición de que Israel permita la reunificación de Gaza y Judea y Samaria bajo la Autoridad Palestina reformada, lo cual ha sido rechazado por Netanyahu.
El plan de Blinken también contempla la creación de una nueva iniciativa por parte de Estados Unidos para entrenar y equipar a una fuerza de seguridad dirigida por la Autoridad Palestina, que asumiría progresivamente las responsabilidades de seguridad en Gaza.
Todos estos planes de gobernanza, reconstrucción y seguridad se incorporarían a una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
El discurso de Blinken generó controversia dentro de la administración Biden, ya que algunos funcionarios temían que Netanyahu pudiera usarlo con fines políticos, e incluso había quienes consideraban que podría obstaculizar las negociaciones sobre los rehenes. Un funcionario estadounidense sugirió que el hecho de divulgar el plan de esta manera dificultaba su aceptación por parte del equipo de Trump, que busca evitar la continuidad de las iniciativas de la administración saliente.
En relación con las negociaciones para un alto el fuego y la liberación de rehenes, Blinken informó que mediadores de Estados Unidos, Qatar y Egipto presentaron una propuesta final a Israel y Hamás, pero el grupo terrorista aún no había dado una respuesta.
“Hamás tiene ahora la pelota”, dijo Blinken, sugiriendo que si el grupo acepta, el acuerdo podría llevarse a cabo. Añadió que la propuesta de alto el fuego seguiría los términos del acuerdo que Biden presentó en mayo y que recibió el respaldo mundial.
El discurso fue interrumpido en tres ocasiones en sus primeros 15 minutos por manifestantes que lo acusaban de facilitar el “genocidio”. Blinken respondió calmadamente, respetando las opiniones de los manifestantes, y continuó con su intervención.
El secretario de Estado mencionó que en la administración Biden se había debatido intensamente la respuesta a la guerra, haciendo referencia a las renuncias de algunos funcionarios del Departamento de Estado que criticaron la política de continuar proporcionando apoyo a Israel. Otros consideraron que Estados Unidos había impedido que Israel tomara medidas más drásticas contra Irán y sus representantes.
Blinken también cuestionó la estrategia israelí, indicando que la negativa a promover una alternativa viable al gobierno de Hamás, como la Autoridad Palestina, había llevado a Israel a regresar a zonas de Gaza que habían sido limpiadas de terroristas, solo para que estos se reorganizaran tras la retirada israelí. Dijo que Hamás ha reclutado casi tantos terroristas nuevos como los que ha perdido.
Afirmó que esta situación es una receta para una guerra interminable, pues sin una alternativa política clara, Hamás seguiría resurgiendo.
Además, Blinken acusó a Hamás de usar el sufrimiento palestino como una táctica de guerra, citando un mensaje de Yahya Sinwar, líder de Hamás, en el que reconoció que la muerte de civiles palestinos era un “sacrificio necesario” para sus intereses.
El secretario de Estado también criticó tanto al gobierno israelí como a la Autoridad Palestina por sus políticas de los últimos años. Señaló que Israel debe abandonar la idea de anexar Judea y Samaria sin consecuencias para su democracia y seguridad, y expresó su preocupación por el rápido crecimiento de los asentamientos y los ataques violentos de colonos contra palestinos.
En cuanto a la Autoridad Palestina, Blinken opinó que su falta de reformas estructurales y su negativa a condenar el ataque de Hamás del 7 de octubre habían aumentado las dudas sobre la viabilidad de una coexistencia pacífica entre ambas comunidades.
Finalmente, Blinken reflexionó sobre los efectos de la guerra en Gaza, observando que el sufrimiento de los palestinos ha generado una falta de empatía en el mundo árabe hacia las víctimas israelíes. También mencionó cómo en Israel se informa poco sobre las condiciones de vida en Gaza, lo que contribuye a la deshumanización de los palestinos en la guerra.