Autoridades brasileñas arrestaron a dos individuos vinculados a un plan para detonar explosivos durante un concierto gratuito de Lady Gaga en Río de Janeiro, el sábado 3 de mayo de 2025. El evento, celebrado en la playa de Copacabana, reunió a 2,5 millones de personas que corearon y bailaron los éxitos de la estrella pop.
Felipe Cury, secretario de la policía de Río, afirmó que los sospechosos intentaban atacar a la comunidad LGBTQ de Brasil. “Declararon explícitamente su intención de perpetrar un atentado en el concierto de Lady Gaga por motivos de orientación sexual”, señaló Cury en una conferencia de prensa el domingo.
Luiz Lima, jefe de la policía, reveló que el grupo difundió mensajes de odio y contenido violento en internet para ganar notoriedad y captar seguidores, principalmente adolescentes y niños. A pesar de los arrestos horas antes del espectáculo, el concierto transcurrió sin incidentes, lo que generó dudas sobre la magnitud de la amenaza. Eventos similares, como los conciertos de Taylor Swift en Viena el año pasado, se cancelaron ante riesgos de seguridad graves.
La policía mantuvo silencio sobre el complot durante el evento para evitar pánico y desinformación. Un portavoz de Lady Gaga indicó que la cantante y su equipo desconocían la amenaza hasta que la prensa la reportó el domingo. Durante la planificación y ejecución del concierto, no recibieron alertas de las autoridades sobre posibles peligros.
Medidas de seguridad estrictas protegieron el evento, con 5.200 agentes militares y policiales desplegados en Copacabana. Los asistentes disfrutaron de canciones como “Born This Way”, un himno para la comunidad LGBTQ desde su lanzamiento en 2011.
Operativos en varios estados brasileiros culminaron con los arrestos de un hombre en Rio Grande do Sul, acusado de posesión ilegal de armas, y un adolescente en Río, señalado por pornografía infantil. La policía no detalló su rol exacto en el complot ni cómo seleccionaron el concierto como objetivo.

“Los sospechosos reclutaban adolescentes para ejecutar ataques con explosivos improvisados y cócteles molotov”, afirmó la policía. El Ministerio de Justicia determinó que el grupo representaba una amenaza al orden público. Los implicados se hacían pasar en línea como “Pequeños Monstruos”, apodo de los fans de Lady Gaga, para atraer a menores a redes con contenido violento.
Quince domicilios de sospechosos en distintos estados fueron allanados, y las autoridades confiscaron teléfonos y dispositivos electrónicos. Aunque se sospechaba el uso de bombas caseras, no se reportó el hallazgo de armas o explosivos. Cury destacó que un sospechoso en Macaé, cerca de Río, justificó su motivación con creencias religiosas, acusando a Lady Gaga de satanismo.
Lady Gaga, en una publicación de Instagram, expresó gratitud por la multitud sin mencionar el complot. “El orgullo y la alegría de cantar para el pueblo brasileño fueron indescriptibles. Su cultura vibrante me dejó sin aliento; espero sepan lo agradecida que estoy por este momento histórico”, escribió.
El concierto gratuito contrastó con la tendencia global de precios elevados para eventos musicales. En abril, Lady Gaga actuó en Coachella, donde las entradas costaban hasta $600 por fin de semana. Río ya acogió un evento similar en 2024, cuando Madonna atrajo a 1,6 millones de personas a Copacabana.