Justin Trudeau, primer ministro canadiense, contempla desclasificar registros de antiguos colaboradores nazis que se asentaron en Canadá después de la Segunda Guerra Mundial.
Errores diplomáticos y la sombra nazi en Canadá
La declaración de Trudeau surge luego de un incidente diplomático. Durante la visita del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky a Ottawa, el Parlamento canadiense rindió homenaje a Yaroslav Hunka, veterano ucraniano que sirvió a los nazis.
Este suceso reaviva la memoria de 1986, cuando una investigación reveló que posiblemente más de 800 criminales de guerra nazis se habían refugiado en Canadá, manteniéndose sus identidades en secreto.
Trudeau confirmó: “Nos hemos asegurado de que haya funcionarios públicos de alto nivel que están estudiando muy detenidamente la cuestión, incluso indagando en los archivos”.
Presiones y controversias en torno a la desclasificación
Organizaciones judías, como B’nai Brith y Amigos del Centro Simon Wiesenthal, han instado a que se dé a conocer el informe sobre los colaboradores nazis.
Por su parte, Jagmeet Singh, líder parlamentario que respalda al gobierno liberal minoritario de Trudeau, apoya la idea de divulgar esta información.
Contrariamente, algunos argumentan que esto podría chocar con las rigurosas leyes de privacidad canadienses, y advierten sobre el riesgo de reabrir heridas del pasado.
Repercusiones recientes y dimisiones
El eco de este tema resonó en septiembre, cuando, tras la visita de Zelensky, Anthony Rota, presidente de la Cámara de Representantes, elogió a un inmigrante ucraniano de su jurisdicción, provocando aplausos.
La situación dio un giro cuando se supo que este inmigrante había estado en una unidad militar asociada al nazismo, llevando a la renuncia de Rota.