BEIRUT, Líbano – Un candidato opositor a Hezbolá en las elecciones parlamentarias de Líbano estuvo en el hospital el domingo luego de ser agredido por un grupo de hombres en su ciudad natal del sur, dijo a la AFP.
El periodista Ali al-Amin critica abiertamente al movimiento chií respaldado por Teherán, Hezbolá, y está desafiando al partido en las próximas elecciones legislativas del 6 de mayo.
“Estaba colgando la primera foto mía al pie de mi calle en Shaqra, a solo 100 metros de mi casa”, dijo.
Decenas de hombres se acercaron a él y le exigieron que retirara el cartel de campaña, pero él se negó. Luego comenzaron a golpearlo, dijo Amin.
“Estoy en el hospital ahora. Perdí un diente, tengo un dolor de espalda muy severo y me golpearon en la cabeza”, dijo.
Amin, que se presenta en las encuestas como musulmán chiíta, culpó directamente a Hezbolá: “Fue un grupo organizado de muchachos conocidos, autorizados por Hezbolá”.
La votación legislativa del Líbano del 6 de mayo será la primera desde 2009, después de años de estancamiento y las preocupaciones de seguridad provocaron repetidas extensiones del mandato del parlamento.
Es la primera vez que Amin es candidato en el distrito sur, al que se le otorgan 11 escaños en virtud de la nueva ley electoral del Líbano, ocho de los cuales están destinados a musulmanes chiítas.
Los 128 escaños parlamentarios del Líbano se distribuyen de acuerdo con las sectas religiosas presentes en cada distrito, con el cuerpo total dividido en partes iguales entre musulmanes y cristianos.
Hezbolá y su aliado, el movimiento Amal, son las dos fuerzas políticas más poderosas en el distrito predominantemente chií del sur de Bint Jbeil, donde se encuentra la ciudad natal de Amin.
Ha recibido amenazas en los últimos años, pero insistió en que la violencia del sábado no lo detendrá.
“Este incidente no nos afectará, continuaremos con la candidatura. Pero queremos que el mundo vea qué tipo de elecciones se realizarán bajo Hezbolá”, dijo.
Hezbolá es un miembro actual del parlamento y el gabinete de Líbano, pero Estados Unidos lo considera un grupo terrorista y muchos lo critican por suprimir la disidencia en áreas bajo su control.
En 2013, un joven manifestante contra la intervención de Hezbolá en la guerra en la vecina Siria fue asesinado a tiros, y muchos responsabilizaron a Hezbolá aunque nadie fue acusado.