Mientras que algunos líderes de Medio Oriente condenaron el asesinato de Hassan Nasrallah, líder de Hezbolá, a manos de Israel, se registraron celebraciones en diferentes partes de la región, incluso en Siria e Irán, dos aliados clave de Hezbolá.
Antes de que la muerte de Nasrallah fuera confirmada por Hezbolá el sábado, ya habían estallado festejos por la posibilidad de su fallecimiento tras el ataque aéreo del viernes por la noche en Beirut. Si bien el gobierno sirio criticó duramente el asesinato, en zonas fuera de su control, como el bastión rebelde yihadista de Idlib, se celebró la noticia con banderas sirias, reparto de dulces y bocinas de coches como señal de alegría. La oposición siria rechaza a Hezbolá por su participación en la guerra civil del país, donde el grupo libanés combatió a los rebeldes, infligiendo grandes pérdidas y forzando a miles de personas a huir.
Las celebraciones se extendieron también a Irán, principal patrocinador de Hezbolá. En redes sociales, circulan videos de mujeres iraníes brindando por la muerte de Nasrallah, diciendo en persa que “los hijos de Irán” felicitan a la nación por la noticia y agradecen al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. En varias ciudades de Irán, se reportó gente bailando en las calles, repartiendo dulces y tocando bocinas, ya que Nasrallah era visto como un símbolo del régimen iraní que ha reprimido a sus opositores.
Incluso en Londres, los iraníes pro-Shah se reunieron frente a la embajada de Israel para celebrar, cantar y agradecer a Israel por el ataque contra el líder de Hezbolá. A su vez, destacadas personalidades de países árabes recurrieron a las redes sociales para manifestar su alegría por la noticia.
El periodista libanés anti-Hezbolá, Nadim Koteich, publicó en X que “lo más peligroso para el Líbano no es la ausencia de Hezbolá”, sino “la ausencia del Estado libanés completo”. Sugirió que la respuesta adecuada tras la muerte de Nasrallah sería una “reunión de emergencia en la sede maronita” para anunciar un alto el fuego unilateral y cumplir plenamente con la resolución 1701 de la ONU, que exige el desarme de todas las fuerzas militares en el Líbano, excepto el ejército oficial, y su retirada al norte del río Litani. Hezbolá ha eludido esta resolución repetidamente, lanzando ataques casi diarios contra Israel desde el sur del Líbano.
Otros periodistas de Siria y Arabia Saudita describieron la muerte de Nasrallah como “el fin de una era” y “la desaparición de una de las mayores amenazas para los árabes, el Islam y el mundo”. El influencer saudí Abdullah Al-Shaikh calificó de “indescriptible” la alegría por la noticia, y describió a Nasrallah como “un líder de la violencia, el extremismo, el terrorismo y la traición”. Al-Shaikh expresó su esperanza de que su muerte traiga “estabilidad y paz en la región”.
La Fuerza de Defensa de Israel confirmó el sábado por la mañana que Hassan Nasrallah y otros altos comandantes de Hezbolá murieron en un ataque contra su búnker en Beirut. Este ataque ocurrió en medio de un incremento de enfrentamientos entre Israel y Hezbolá durante las últimas semanas, después de 11 meses de conflicto fronterizo latente.
Desde el 8 de octubre de 2023, un día después de que milicianos de Hamás invadieran el sur de Israel, matando a 1.200 personas y secuestrando a 251, Hezbolá ha estado llevando a cabo ataques contra comunidades y puestos militares israelíes a lo largo de la frontera en solidaridad con Hamás, grupo también respaldado por Irán.