El lunes, China acusó a los Estados Unidos de “monitorear, acosar y detener intencionalmente” a estudiantes e investigadores chinos en los Estados Unidos
Los comentarios del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Wang Wenbin, se producen tras la denegación de una solicitud de fianza en California para que una investigadora universitaria acusada de mentir sobre sus vínculos con el ejército y el partido comunista gobernante de China pueda acceder a los Estados Unidos.
Wang también criticó al gobierno de Trump por imponer sanciones a una importante organización paramilitar en la región occidental de Xinjiang del país y a dos funcionarios por presuntos abusos de los derechos humanos contra minorías étnicas y religiosas.
Wang afirmó que China no tenía intención de ayudar a Juan Tang a escapar de los Estados Unidos, pero que no hizo ningún otro comentario directo sobre las acusaciones en su contra.
Sin embargo, mencionó que China insta a los Estados Unidos a “manejar el caso de manera justa de acuerdo con la ley y garantizar la seguridad y los derechos e intereses legítimos” debidos a Tang.
“Durante algún tiempo, los Estados Unidos con prejuicios ideológicos, siguen vigilando, acosando y deteniendo deliberadamente a estudiantes e investigadores chinos, y haciendo presunciones de culpabilidad contra los investigadores chinos”, señaló Wang.
“Las acciones de los Estados Unidos han violado seriamente los derechos e intereses legítimos de los ciudadanos chinos y han interrumpido gravemente los intercambios culturales y personales normales entre China y los Estados Unidos, lo que equivale a una persecución política abierta”, añadió.
Al negar la libertad bajo fianza, la Jueza estadounidense Deborah Barnes manifestó que Tang, de 37 años, tendría razones para abandonar el país si es liberado. Tang ha estado detenida sin fianza desde el 23 de julio, cuando fue arrestada después de salir del Consulado de China en San Francisco para buscar atención médica para su asma.
Tang, quien tiene un doctorado en biología celular, entró en Estados Unidos el 27 de diciembre del 2019 para trabajar en la Universidad de California, Davis, como investigadora visitante en el Departamento de Oncología Radiológica, indicó Alexandra Negin, defensora pública federal adjunta, en su presentación pidiendo al tribunal su liberación bajo fianza. El laboratorio cerró debido a la pandemia del coronavirus y Tang se había estado preparando para regresar a China, explicó Negin.
Tang y otros tres científicos que viven en los Estados Unidos se enfrentan a cargos de mentir sobre su condición de miembros del Ejército de Liberación Popular de China, o EPL. Todos fueron acusados de fraude de visado, anunció el Departamento de Justicia.
Tang fue el último de los cuatro en ser arrestado después de que el Departamento de Justicia acusó al Consulado Chino en San Francisco de albergar a un fugitivo conocido.
Negin declaró que Tang fue al consulado en busca de ayuda y permaneció allí después de que los agentes del FBI la interrogaron en su apartamento de Davis el 20 de junio y ejecutaron una orden de registro, incautando su pasaporte y su visado.
Los agentes encontraron fotografías de Tang en un uniforme del cuadro civil del Ejército de Liberación Popular y también revisaron artículos de China que identificaban su afiliación militar. Negin argumentó que las pruebas contra Tang se basan en antiguas fotografías de cuando era estudiante de una escuela de medicina dirigida por los militares y en documentos que fueron traducidos en aplicaciones.
Wang señaló que las sanciones del Departamento de Estado y del Tesoro de los Estados Unidos dirigidas al Cuerpo de Producción y Construcción de Xinjiang “interfirieron seriamente en los asuntos internos de China y violaron las normas básicas de las relaciones internacionales”.
Las sanciones afectaron al cuerpo, a su comandante y antiguo comisario político por supuestos abusos contra los musulmanes uigures, incluyendo detenciones arbitrarias masivas, trabajos forzados y tortura. Congelan cualquier activo que los objetivos puedan tener en las jurisdicciones de los Estados Unidos y tal vez más importante, prohíben a los estadounidenses hacer negocios con ellos,
Wang repitió la afirmación de China de que ha estado actuando contra la violencia, el terrorismo y el separatismo y que “las cuestiones relacionadas con el Xinjiang no tienen nada que ver con los derechos humanos, los grupos étnicos o las religiones”.
China ha usado eso en un intento de desviar la condena internacional de su internamiento de más de un millón de uigures y miembros de otros grupos minoritarios musulmanes en campos similares a una prisión que llama centros de reeducación y formación laboral, junto con otros abusos.
El cuerpo actúa como un gobierno paralelo en la vasta región rica en recursos, operando sus propias escuelas, tribunales y una gran red de negocios.