Familias canadienses afectadas por los ataques terroristas de Hamás el 7 de octubre de 2023, en unión con el Centro para Israel y Asuntos Judíos (CIJA), han solicitado una revisión judicial ante el Tribunal Federal contra la decisión del Gobierno de Canadá de reanudar la financiación a la UNRWA.
Argumentan que esta acción contradice la legislación canadiense al financiar una entidad vinculada con Hamás, clasificada como organización terrorista. A pesar de reconocer la necesidad de ayuda humanitaria en Gaza, critican la elección de la UNRWA como intermediaria debido a sus conexiones documentadas con Hamás.
Canadá, que había suspendido su apoyo financiero a la UNRWA junto con otros 15 países tras las acusaciones de Israel sobre la participación de personal de la UNRWA en el ataque de Hamás, optó por reanudar la financiación, destacando el papel crucial de la agencia en Gaza.
Entre los demandantes se encuentran Dikla Mizrachi, Iris Liniado, Jacqui Vital y Raquel Ohnona, quienes perdieron a familiares en la violencia de Hamás. La batalla legal está encabezada por Lawrence Greenspon y Jillian Siskind del Grupo de Trabajo Legal de CIJA.
Demandantes critican financiación canadiense a UNRWA por vínculos con Hamás
La presentación de una solicitud de revisión judicial contra el Gobierno de Canadá por parte de familias canadienses y el CIJA, respecto a la financiación de la UNRWA, se realizó conforme a las normativas del Tribunal Federal, dentro de los 30 días posteriores a la decisión gubernamental.
Las familias afectadas por los ataques de Hamás expresaron su repudio hacia la decisión de financiar a la UNRWA, resaltando los vínculos de la agencia con el terrorismo. Lawrence Greenspon, abogado de los demandantes, subrayó las implicaciones de apoyar a una entidad conectada con Hamás, desde la participación de su personal en ataques hasta el adoctrinamiento de odio en la educación.
Destacó la necesidad de reconocer y actuar ante los conocidos vínculos de la UNRWA con Hamás, criticando la decisión de Canadá de restablecer la financiación como un acto de complicidad.
Richard Marceau, de CIJA, insistió en que los fondos canadienses deberían dirigirse a organizaciones creíbles y apartarse de la UNRWA, sugiriendo alternativas como la CIDA, el Programa Mundial de Alimentos y la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos, hasta que se resuelva la demanda.