En el valle de Bekaa, ubicado al este del Líbano, un comandante de Hezbolá fue asesinado el martes en un ataque que, según medios locales, apunta a un aparente homicidio.
Sheikh Muhammad Hamadi, identificado por la Agencia Nacional de Noticias del Líbano como líder local del grupo, recibió seis disparos frente a su residencia en Machghara, en el distrito de Bekaa Occidental. El ataque fue perpetrado desde un vehículo en movimiento.
De acuerdo con informes de medios libaneses que citan al canal Al-Manar, vinculado a Hezbolá, los atacantes escaparon rápidamente en dos vehículos distintos tras ejecutar el ataque.
Hamadi fue trasladado de urgencia a un hospital cercano, pero murió poco después debido a la gravedad de las heridas.
La investigación sobre el asesinato fue iniciada por las autoridades locales. Según Al-Manar, las razones del tiroteo no se han esclarecido, aunque el medio An-Nahar reportó que se trató de una disputa intrafamiliar de larga data, sin relación con motivos políticos.
Este asesinato ocurre pocos días antes del fin del acuerdo de alto el fuego de 60 días entre Israel y Hezbolá, pactado a finales de noviembre. El acuerdo establece que Israel debe retirarse del sur del Líbano antes del 26 de enero, mientras que Hezbolá debe replegarse al norte del río Litani, ubicado a unos 30 kilómetros de la frontera israelí.
Con la finalización de dicho plazo, solo las Fuerzas Armadas Libanesas y la FPNUL tendrán permiso para mantener presencia militar en la región situada entre Israel y el Litani. Sin embargo, informes provenientes de Israel sugieren que el plazo podría extenderse, aparentemente debido al lento despliegue del ejército libanés en la zona.
El alto el fuego fue resultado de negociaciones lideradas por Estados Unidos y Francia, tras dos meses de intensas operaciones israelíes en el Líbano. Estas acciones buscaron frenar el continuo lanzamiento de cohetes por parte de Hezbolá, que desplazó a unas 60.000 personas del norte de Israel.
La ofensiva israelí causó un impacto significativo en Hezbolá, desmantelando gran parte de su cúpula y debilitando al grupo.
Los ataques diarios de Hezbolá comenzaron el 8 de octubre de 2023, al día siguiente de que Hamás, con apoyo de Irán, perpetrara un ataque en el sur de Israel que dejó 1.200 muertos y 251 rehenes, desatando la guerra en Gaza.