La dictadura de Corea del Norte repudió este martes las sanciones impuestas el lunes por el Consejo de Seguridad de la ONU y volvió a amenazar al mundo y, en especial, a Estados Unidos, que presentó la propuesta que fue aprobada por unanimidad.
«Las próximas medidas de la RPDC (República Popular Democrática de Corea, el nombre oficial de Corea del Norte) infligirán a Estados Unidos el mayor dolor que jamás hayan conocido en su historia», advirtió el embajador norcoreano Tae Song Han ante la conferencia de desarme en Ginebra.
«La RPDC está dispuesta a hacer uso de todos los medios», aseguró.
El diplomático norcoreano calificó las nuevas sanciones de «despiadadas», y remarcó que su delegación «rechaza categóricamente la última resolución» del Consejo de Seguridad.
«La adopción de esta resolución (…) es una manifestación extrema de la voluntad estadounidense de eliminar a cualquier precio el sistema ideológico y social de la RPDC y sus habitantes», agregó Tae Song Han.
Asimismo, acusó a Washington de que «en lugar de hacer un análisis racional (…) está obsesionado con el desarrollo de la fuerza nuclear de la RPDC», y afirmó que ni «las sanciones ni las presiones impedirán a la RPDC marchar hacia adelante».
Esta octava serie de medidas, aprobadas por China y Rusia, los apoyos más cercanos de Corea del Norte, tienen por objetivo penalizar al régimen de Kim Jong-un por su prueba nuclear del 3 de septiembre. A través de estas sanciones, cada vez más severas, la ONU espera lograr que Pyongyang negocie su programa nuclear y balístico.
Las sanciones prohíben las exportaciones textiles y restringen el suministro en petróleo y gas. Un mes atrás, la ONU adoptó otro paquete de medidas que vetaba las exportaciones norcoreanas de carbón, hierro, otros metales, pescado y mariscos, tras el lanzamiento de un misil de medio alcance que sobrevoló Japón.