Estados Unidos intensifica su preparación militar en el Medio Oriente, respondiendo a amenazas y tensiones recientes, mientras evacua personal no esencial de su embajada en Irak.
En un contexto de creciente inestabilidad, Estados Unidos ha lanzado severas advertencias a Irán y sus aliados, incluyendo grupos terroristas como Hamás y Hezbolá, contra cualquier intento de escalada en el Medio Oriente. Según informaron altos funcionarios el domingo, esta medida responde a recientes ataques contra tropas estadounidenses en la región, mientras se aumenta la presencia militar de EE. UU.
El secretario de Estado, Antony Blinken, expresó públicamente la preocupación de su país: “Estamos preocupados por la posibilidad de que proxies iraníes intensifiquen sus ataques contra nuestro propio personal, nuestra propia gente”. Blinken, reafirmando el compromiso de EE. UU. con la seguridad, indicó que el país está “tomando todas las medidas para asegurarnos de que podemos defenderlos. Y si es necesario, responder con decisión”.
Esta postura fue eco de un mensaje previo del secretario de Defensa, Lloyd Austin, quien señaló la existencia de una “perspectiva de escalada significativa de ataques contra nuestras tropas” en la región. Austin subrayó la gravedad de la situación al advertir a cualquier grupo o país que considere ampliar el conflicto: “Mantenemos el derecho a defendernos y no dudaremos en tomar las medidas oportunas”.
La movilización de EE. UU. incluye el envío de dos grupos de portaaviones al Mediterráneo oriental y la activación de sistemas de defensa antiaérea. Además, se ha ordenado al personal no urgente que abandone la embajada estadounidense en Irak ante el riesgo inminente de ataques.
Paralelamente, el Pentágono ha anunciado un aumento en el grado de preparación militar en respuesta a “las recientes escaladas de Irán y sus fuerzas indirectas”, incluyendo la notificación a fuerzas adicionales que podrían ser desplegadas.
La situación se agrava considerando las declaraciones de Austin sobre una posible invasión terrestre por parte de Israel en respuesta a Hamás, sugiriendo que podría ser una operación prolongada y desafiante debido a “la red subterránea de túneles que Hamás ha construido” y su preparación para el combate. “Esto puede ser un poco más difícil debido a […] el hecho de que han tenido mucho tiempo para prepararse para un combate”, explicó Austin.
Las medidas continuaron la postura proisraelí de la administración Biden desde que unos 2.500 terroristas de Hamás y otras facciones de la Franja de Gaza se infiltraron en Israel el 7 de octubre, matando a unas 1.400 personas, la mayoría civiles en sus casas de comunidades del sur de Israel y en un festival de música, y tomando más de 200 rehenes de todas las edades en Gaza. El asalto se produjo al amparo de un diluvio de miles de cohetes disparados contra pueblos y ciudades israelíes.
La mayoría de las víctimas eran civiles, incluyendo familias completas, que fueron brutalmente atacadas en sus hogares y en un festival de música. El presidente Joe Biden describió estos ataques como “la peor masacre del pueblo judío desde el Holocausto”.
En respuesta, Israel inició una ofensiva con el objetivo declarado de desmantelar la infraestructura de Hamás y eliminar su presencia en la Franja de Gaza, enfocándose en áreas conocidas por albergar operaciones de Hamás mientras intenta reducir las bajas civiles. En este contexto, el secretario de Defensa de EE. UU., Lloyd Austin, anunció el despliegue de sistemas de defensa THAAD y batallones Patriot adicionales en la región, junto con fuerzas en espera para una posible movilización rápida.
Además, debido a las crecientes amenazas a la seguridad, el Departamento de Estado de EE. UU. instruyó al personal no esencial y a sus familias a abandonar las instalaciones diplomáticas en Irak, actualizando también su aviso de viaje y desaconsejando los viajes al país. Estas medidas se toman en un contexto de amenazas por parte de facciones armadas proiraníes, que han expresado su intención de atacar intereses estadounidenses debido al apoyo de Washington a Israel.
La situación en la región continúa tensa, con ataques recientes en bases iraquíes utilizadas por la coalición liderada por EE. UU. y enfrentamientos en la frontera norte de Israel con Líbano, aumentando los temores de un nuevo frente de conflicto. Esto ha llevado a medidas preventivas adicionales por parte de Estados Unidos, incluyendo la autorización para que el personal no esencial abandone su embajada en Líbano.
Mientras tanto, el ejército israelí ha intensificado sus operaciones contra Hamás en Gaza, preparándose para una posible invasión terrestre, en represalia por los ataques del 7 de octubre. Los enfrentamientos actuales han dejado un saldo de más de 4.650 palestinos muertos, según informes de las autoridades controladas por Hamás, aunque estas cifras no han podido ser verificadas de manera independiente. Israel, por su parte, afirma haber eliminado a aproximadamente 1.500 terroristas de Hamás desde los ataques del 7 de octubre.