Washington avisó a Beirut de golpes decisivos en Beirut sur y la Beqaa si Hezbolá no transfiere drones y misiles antes del 1 de enero.
Ultimátum de EE. UU. y posibles ataques en Beirut y Beqaa
Estados Unidos advirtió al Gobierno libanés que las FDI lanzarán ataques mayores y decisivos contra objetivos de Hezbolá en los suburbios del sur de Beirut y en la Beqaa si el grupo no entrega drones y misiles de precisión antes del 1 de enero. El mensaje, atribuido a la enviada estadounidense Morgan Ortagus y filtrado por Al-Akhbar, se enmarca en la campaña para que Líbano aplique un plan de desarme que el Ejército libanés ya elaboró.
Según la publicación, Ortagus transmitió el ultimátum durante reuniones con responsables libaneses en Beirut. Fuentes citadas por Al-Akhbar sostuvieron que, sin una entrega verificable de drones y misiles guiados antes del 1 de enero, Israel ampliará su campaña aérea hacia golpes concentrados en los bastiones del movimiento en el cinturón meridional de la capital y en la Beqaa oriental. Agencias internacionales añadieron que su agenda incluyó evaluar esfuerzos del Ejército para desmantelar depósitos de armas.
El ultimátum se apoya en un documento atribuido al enviado especial Tom Barrack, titulado “Extensión y estabilización de la declaración de alto el fuego entre Líbano e Israel, noviembre de 2024”. El texto propone un acuerdo en cuatro fases que obliga al Estado libanés a aplicar los Acuerdos de Taif y resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, y establece que decisiones de guerra y paz recaen en las instituciones oficiales.

La primera fase, de quince días, prevé que el Gobierno apruebe el memorando por la vía constitucional y asuma por escrito el desmantelamiento de todas las milicias, incluida Hezbolá, antes del 31 de diciembre de 2025. Israel detendría sus operaciones durante ese periodo, mientras el Ejército libanés despliega nuevos puestos al sur del río Litani y recibe armamento pesado de actores no estatales, con transferencia específica de misiles y drones desde áreas a ambos lados del Litani.
Claves del ultimátum y del marco negociado
- Fecha límite: entrega verificable de drones y misiles antes del 1 de enero.
- Amenaza de golpes decisivos en los suburbios del sur de Beirut y la Beqaa.
- Acuerdo en cuatro fases con desarme total antes del 31 de diciembre de 2025.
- Despliegue del Ejército libanés al sur del Litani y recepción de armamento pesado.
- Traslado de misiles y drones a las fuerzas regulares desde zonas al norte y al sur del Litani.
Desarme, incentivos del Golfo y propuesta de zona económica en el sur
El Gobierno de Nawaf Salam encargó al Ejército un plan para restringir todas las armas al Estado antes de fin de año. El 5 de agosto, Salam informó que las Fuerzas Armadas prepararían un esquema de desarme para presentar a socios internacionales, vinculado a un marco israelí sobre retirada de cinco posiciones en el sur. El 5 de septiembre, el gabinete acogió el plan y autorizó su ejecución sin un calendario detallado.
La estrategia de Washington combina presión y compensaciones económicas. En agosto, Barrack explicó en Beirut que la desmilitarización de Hezbolá permitiría desbloquear asistencia internacional. Señaló que Arabia Saudí y Qatar estaban listos para invertir en una zona económica en el sur de Líbano, junto a la frontera con Israel, con el objetivo de generar empleo para miembros y simpatizantes que depongan las armas.

En declaraciones posteriores, Barrack afirmó que Estados del Golfo aportarían hasta $10.000 millones a proyectos de desarrollo en esa franja si Hezbolá se desarma y corta sus vínculos con Irán. Publicaciones diversas indicaron que la Casa Blanca estudia bautizar la iniciativa como “zona económica Trump”, y que el avance del plan abriría puertas a una financiación sustancial orientada a la estabilización local.
Fuentes citadas por Al-Akhbar añadieron que Barrack impulsa una zona económica conjunta a lo largo de la frontera para separar social y económicamente a la población chií del sur de las estructuras de Hezbolá. La puesta en marcha se vincula al progreso del desarme y a la retirada paulatina de fuerzas israelíes de cinco puntos estratégicos que continúan bajo su control en el sur del país.
Rechazo de Hezbolá y tensiones por el calendario propuesto
Hezbolá reiteró durante 2025 que no aceptará desarmarse. El movimiento, con respaldo iraní, y su aliado Amal rechazaron el calendario de Barrack y exigieron que cualquier discusión sobre armas dependa primero del cese completo de los ataques israelíes y de la retirada de tropas de suelo libanés. En agosto, responsables de ambas formaciones rechazaron públicamente la hoja de ruta, y en septiembre ministros afines abandonaron una reunión del gabinete como señal de oposición.
A finales de noviembre, el líder Naim Qassem respondió tras la muerte de un alto comandante del grupo en un bombardeo israelí contra los suburbios del sur de Beirut. Afirmó que la organización se reserva el derecho de responder militarmente a Israel y decidirá de forma autónoma el momento y la forma de cualquier represalia. Subrayó que, pese a presiones de Israel y Estados Unidos, la formación no renunciará a sus armas mientras continúen ataques y ocupación.

El nuevo embajador estadounidense en Beirut, Michel Issa, destacó que Israel separa las conversaciones con el Gobierno libanés de su campaña militar contra Hezbolá. Tras reunirse con el presidente del Parlamento, Nabih Berri, afirmó que el inicio de conversaciones directas no implica el fin de operaciones. Añadió que la ayuda militar estadounidense al Ejército libanés se mantiene y que Hezbolá conoce obligaciones dentro del alto el fuego.
Ese énfasis coincide con el mensaje atribuido a Ortagus: la entrega de drones y misiles de precisión se formula como condición para evitar una intensificación de ataques israelíes en áreas densamente pobladas de la capital y de la Beqaa. La exigencia no se vincula al calendario de conversaciones con el Gobierno libanés ni a la negociación de la zona económica del sur. La advertencia llega a menos de tres semanas del 1 de enero.
Bombardeos, objetivos estratégicos y balance humanitario desde 2024
La advertencia se produce tras más de un año de hostilidades casi ininterrumpidas entre Israel y Hezbolá. Desde septiembre de 2024, la ofensiva aérea golpeó sobre todo el sur de Líbano, la Beqaa y los suburbios meridionales de Beirut. Organismos de seguimiento y agencias humanitarias documentaron centenares de incursiones y cifraron miles de muertos en Líbano desde el inicio de la escalada, además de cerca de un millón de personas desplazadas durante la fase más intensa en otoño de 2024.
La aviación israelí concentró objetivos en depósitos y centros de producción de drones y misiles de precisión de Hezbolá. En abril y mayo, Israel atacó depósitos de misiles guiados en los suburbios de Beirut y una instalación de fabricación y almacenamiento de armas estratégicas en la Beqaa. El 5 de junio, aviones de combate bombardearon de nuevo el sur de la capital por supuestas instalaciones subterráneas de producción de aeronaves no tripuladas.

Estudios de institutos de seguridad y análisis de datos de conflictos indicaron que, desde el alto el fuego de noviembre de 2024, Israel mantuvo entre 600 y 1.000 bombardeos aéreos. La mayoría apuntó a intentos de Hezbolá de reconstruir túneles, depósitos y posiciones en el sur y la Beqaa. Informes del IISS y de centros sobre Irán señalaron esfuerzos del grupo para rehabilitar su programa de misiles de precisión y su flota de drones con apoyo iraní.
Esos informes incluyeron la destrucción de instalaciones clave en el valle de la Beqaa durante 2024, con una planta de producción de misiles de precisión que Israel identificó como objetivo prioritario. Estimaciones citadas por responsables estadounidenses situaron el número de combatientes de Hezbolá en torno a 40.000 hombres, con existencias de cohetes y misiles que superan capacidades del Ejército libanés. Barrack advirtió que cualquier desarme debe considerar el impacto económico sobre decenas de miles de familias.
