Un alto funcionario estadounidense advirtió que un conflicto abierto entre Israel y Hezbolá en el Líbano podría tener “consecuencias catastróficas e imprevistas”. Estas declaraciones fueron hechas durante la cumbre del Diálogo Medio Oriente-Estados Unidos (MEAD) en Washington, DC.
“Las guerras no se desarrollan en un entorno controlado. No es un juego. Aunque no pongo en duda las capacidades de las FDI, debemos considerar las graves consecuencias que impactarán a ambos lados”, afirmó el funcionario, según informó el periodista israelí Barak Ravid y otros medios en hebreo.
Estas declaraciones, realizadas en una reunión a puerta cerrada, ocurren en medio de ataques casi diarios por parte de Hezbolá contra comunidades y bases militares israelíes a lo largo de la frontera desde el 8 de octubre. Hezbolá justifica estos ataques como un apoyo a Gaza y al grupo terrorista palestino Hamás, en el contexto de la guerra que comenzó el 7 de octubre.
En la misma conferencia, Benny Gantz, ex ministro del gabinete de guerra israelí, señaló que Israel necesita modificar su estrategia hacia Hezbolá y la frontera con Líbano. Gantz advirtió que “llegamos tarde en esto” y destacó que una confrontación con el grupo terrorista respaldado por Irán es inminente si Israel no logra pronto un acuerdo de alto el fuego con Hamás para la liberación de rehenes en Gaza.
Gantz, junto con otros funcionarios israelíes, sostiene que una operación militar a gran escala en Líbano es esencial para permitir que decenas de miles de israelíes vuelvan a sus hogares en la frontera norte. Sin embargo, el funcionario estadounidense alertó que muchos civiles podrían perder la vida y no tendrían hogares a los que regresar.
“Existe la creencia de que una guerra destruirá todos los misiles de Hezbolá y todo estará resuelto. No es tan sencillo. No hay soluciones mágicas.
No se puede aniquilar por completo al otro bando. Al final de la guerra, Israel podría pagar un precio elevado sin alcanzar sus objetivos”, indicó el funcionario, quien abogó por una solución diplomática en lugar de una confrontación militar para aliviar las tensiones.
Además, el funcionario subrayó que, en caso de guerra, la comunidad internacional intervendría para buscar una solución diplomática similar a la que puede lograrse ahora sin recurrir a la violencia.
Tras la masacre del 7 de octubre perpetrada por Hamás, Israel ha dejado claro que no puede tolerar la presencia de Hezbolá a lo largo de su frontera. Israel ha advertido que, si no se consigue una solución diplomática, tomará medidas militares para desplazar al grupo hacia el norte.