Ucrania aceptó una propuesta de alto el fuego de 30 días impulsada por Estados Unidos y acordó negociaciones inmediatas con Rusia en Yeda, tras más de tres años de guerra. La respuesta positiva de Kiev llevó al gobierno de Donald Trump a levantar la congelación de la ayuda militar y a prever un posible fin de la guerra.
Trump sorprendió a sus aliados al ejercer fuerte presión sobre Kiev y estrechar lazos con Moscú. En respuesta, la delegación ucraniana llegó a Arabia Saudita con la intención de negociar y ofreció una tregua parcial en ataques aéreos y marítimos. Sin embargo, los asesores de Trump exigieron más y lograron que Ucrania aceptara un cese total de las hostilidades durante un mes.
“Hoy presentamos una propuesta que Ucrania aceptó, lo que implica un alto el fuego y negociaciones inmediatas”, anunció el secretario de Estado, Marco Rubio, tras nueve horas de conversaciones en Yeda. Agregó que la oferta será llevada a Rusia, esperando una respuesta afirmativa. “Si dicen que no, quedará claro quién bloquea la paz”, advirtió Rubio, recordando que Moscú invadió Ucrania en febrero de 2022.
Estados Unidos reanudará la asistencia militar y el intercambio de inteligencia, suspendidos tras un tenso encuentro entre Trump y Volodymyr Zelensky el 28 de febrero. Desde Washington, Trump confirmó su disposición a recibir a Zelensky en la Casa Blanca y mencionó la posibilidad de conversar con Vladimir Putin en los próximos días.
Consultado sobre la viabilidad de un alto el fuego definitivo, Trump expresó su optimismo: “Espero que ocurra en los próximos días. Tenemos una gran reunión con Rusia mañana y confío en que habrá avances”.
En un comunicado conjunto, Ucrania y EE. UU. se comprometieron a cerrar “lo antes posible” un acuerdo que otorgue a Washington acceso a los recursos minerales de Ucrania, una exigencia de Trump como compensación por la ayuda militar entregada durante el gobierno de Joe Biden.
Inicialmente, Zelensky debía firmar este acuerdo en la Casa Blanca, pero el encuentro derivó en un tenso enfrentamiento público, en el que Trump y su vicepresidente, JD Vance, cuestionaron la actitud del líder ucraniano. No obstante, Zelensky agradeció la iniciativa de tregua y pidió a EE. UU. convencer a Rusia de sumarse al pacto. “Aprecio la propuesta constructiva del presidente Trump y el entendimiento mostrado por la parte estadounidense”, declaró en su discurso nocturno.
Ucrania exige una respuesta clara de Rusia sobre el alto el fuego

Desde que Estados Unidos suspendió la ayuda militar y el intercambio de inteligencia, Rusia ha intensificado sus ataques contra la infraestructura energética ucraniana y ha tomado territorio en Kursk, donde fuerzas de Kiev se habían infiltrado.
Horas antes de las negociaciones en Yeda, Ucrania lanzó un masivo ataque con drones sobre Moscú y otras regiones, causando la muerte de tres personas.
Andriy Yermak, principal asesor de Volodymyr Zelensky, afirmó en Arabia Saudita que su país busca poner fin al conflicto. “Rusia debe decir, de manera clara, si quiere la paz o si pretende prolongar la guerra que inició”, declaró ante la prensa.
El giro de Trump en su política hacia Ucrania, tras el apoyo incondicional de Joe Biden, ha causado preocupación en Europa. Francia y Alemania han intensificado los debates sobre la necesidad de reforzar la defensa común del continente, ante la posibilidad de que Estados Unidos reduzca su papel en la seguridad de la OTAN.
Mike Waltz, asesor de seguridad nacional de Trump, defendió la estrategia del presidente y afirmó que ha cambiado por completo el rumbo del debate internacional. “Ahora no se discute si la guerra terminará, sino cómo lo hará”, aseguró en una rueda de prensa junto a Marco Rubio.
Waltz, quien planea reunirse en los próximos días con su homólogo ruso, destacó que los ucranianos han reconocido la urgencia de frenar el derramamiento de sangre y detener la devastación tanto humana como económica.
Aliados reaccionan con cautela ante la tregua en Ucrania

El secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, viajará el miércoles a Canadá para reunirse con ministros de Relaciones Exteriores del G7, en medio de las tensiones entre Donald Trump y el gobierno canadiense. Rubio ha adelantado que instará a las potencias del grupo a evitar un lenguaje “antagónico” contra Rusia, con el objetivo de no obstaculizar el proceso diplomático.
El presidente francés, Emmanuel Macron, quien ha planteado el despliegue de fuerzas europeas en Ucrania como parte de un posible acuerdo, destacó los “progresos” logrados en las conversaciones de Yeda. Sin embargo, advirtió que cualquier alto el fuego debe ir acompañado de garantías de seguridad “sólidas” para Kiev.
Desde el Reino Unido, el primer ministro Keir Starmer calificó el pacto como un “avance notable”, mientras que la líder italiana, Giorgia Meloni, señaló que la implementación del alto el fuego ahora depende de la respuesta de Rusia.
En Polonia, uno de los aliados más firmes de Ucrania y con una histórica desconfianza hacia Moscú, el primer ministro Donald Tusk reconoció la tregua como un “importante paso hacia la paz” impulsado por Washington y Kiev.
A pesar del aparente consenso, persisten incertidumbres sobre el futuro de las negociaciones. Ucrania ha insistido en la necesidad de garantías de seguridad a largo plazo, pero Trump, en un claro contraste con la postura de su predecesor Joe Biden, ha descartado la posibilidad de que el país ingrese a la OTAN.