Múltiples bombardeos atribuidos a Estados Unidos impactaron la madrugada del viernes en áreas bajo control de los islamistas hutíes, incluidas zonas densamente pobladas de Saná. Las explosiones también alcanzaron el aeropuerto internacional de la capital y regiones clave como Hodeida, Saada, al-Jawf, Amran y Marib.
Aún no se confirma la magnitud del daño ni el número total de víctimas, pero los ataques superaron en intensidad los registrados desde el inicio de esta nueva ofensiva el 15 de marzo. De acuerdo con un análisis de The Associated Press, esta operación dirigida bajo la presidencia de Donald Trump supera en alcance a las llevadas a cabo durante el mandato de Joe Biden, ya que ahora también se ataca a figuras de alto rango y se bombardean zonas urbanas.
Versiones iniciales difundidas por los hutíes informaron de al menos siete heridos en Saná, ciudad que permanece bajo su control desde 2014. Las autoridades rebeldes aún no detallan los blancos atacados, aunque confirmaron daños en el aeropuerto capitalino, utilizado tanto por aviones civiles como militares. Los barrios bombardeados también albergan instalaciones de inteligencia y fuerzas armadas, además de población civil.
Imágenes captadas por AP mostraron el momento en que una bomba impactó la ciudad, generando una densa columna de humo durante una noche del mes sagrado del Ramadán, cuando miles de personas permanecían despiertas. Al norte de Saná, en Amran, fueron atacadas zonas montañosas donde se presume la existencia de campamentos militares. La cadena hutí al-Masirah reportó al menos 19 ataques en esa área, con caída de las comunicaciones tras los bombardeos.
El Comando Central del ejército estadounidense, que desde ahora cuenta con autorización directa de la Casa Blanca para actuar sin necesidad de aprobación previa, no ha confirmado su participación. A diferencia de la administración Biden, esta nueva campaña no ofrece detalles públicos sobre cada ataque ejecutado.
Desde su inicio, los hutíes aseguran que los bombardeos han provocado la muerte de al menos 57 personas. Esta escalada comenzó luego de que los rebeldes amenazaran con atacar nuevamente embarcaciones “israelíes”, en respuesta al bloqueo de ayuda hacia Gaza. Su definición ambigua de objetivos ha puesto en riesgo a otros buques.
Entre noviembre de 2023 y enero de 2024, los hutíes atacaron más de 100 navíos comerciales con misiles y drones, provocando el hundimiento de dos barcos y la muerte de cuatro marineros. También lanzaron ofensivas contra buques de guerra estadounidenses, aunque hasta ahora no han logrado impactar a ninguno.
Este resurgimiento bélico ha aumentado la visibilidad internacional de los hutíes, mientras sufre una aguda crisis económica y reprime con violencia tanto a opositores como a trabajadores humanitarios, en medio de una guerra que continúa devastando al país más empobrecido del mundo árabe.