Un ataque aéreo estadounidense contra el puerto de Ras Issa causó al menos 80 muertos y 150 heridos, según autoridades hutíes en Yemen.
El bombardeo apunta a cortar ingresos económicos de los hutíes
El ataque del 17 de abril dirigido por el Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM) golpeó la terminal de combustible de Ras Issa, en la costa del mar Rojo. Según el Ministerio de Salud controlado por los hutíes, al menos 80 personas murieron y 150 resultaron heridas. Este fue el ataque más letal desde el inicio de la campaña militar estadounidense en enero de 2024.
La ofensiva buscó interrumpir los ingresos que los hutíes obtienen del comercio de combustible, ingresos que han financiado ataques a buques civiles y lanzamientos de misiles contra Israel. CENTCOM indicó que el objetivo era debilitar el poder económico de los hutíes, sin dañar a la población civil.
La cadena Al-Masirah, vinculada a los hutíes, difundió imágenes de las explosiones y de los rescatistas en medio de los escombros. El bombardeo alcanzó instalaciones críticas para el abastecimiento de combustible en el noroeste del país.
La ubicación de Ras Issa, a unos 55 kilómetros de Hodeidah, y su capacidad de almacenamiento de 3 millones de barriles, lo convierten en un punto clave para el comercio de hidrocarburos y en fuente significativa de ingresos fiscales para la administración hutí.
Los ataques hutíes en el mar Rojo desatan respuesta militar de EE. UU.
Desde noviembre de 2023, los hutíes han perpetrado más de 100 ataques contra embarcaciones civiles en el mar Rojo, según datos de CENTCOM. Justifican sus acciones como represalia por la ofensiva israelí en Gaza, aunque los buques afectados son de diversas nacionalidades.
Los hutíes también han lanzado misiles y drones contra Israel, la mayoría de los cuales fueron interceptados. Estas acciones han afectado seriamente el comercio marítimo en el mar Rojo y el estrecho de Bab al-Mandeb, por donde circula el 12% del comercio global.
Washington lanzó la Operación Rough Rider el 15 de marzo de 2025, intensificando sus ataques en Yemen. Se trata de la mayor campaña militar estadounidense en Oriente Medio durante el segundo mandato del presidente Donald Trump.
Datos clave sobre el ataque aéreo de EE. UU. en Ras Issa
- Fecha del ataque: 17 de abril de 2025
- Víctimas reportadas: al menos 80 muertos y 150 heridos
- Objetivo del bombardeo: cortar los ingresos del comercio de combustible de los hutíes
- Puerto atacado: terminal de Ras Issa, clave para importaciones y ayuda humanitaria
- Operación militar: parte de la campaña “Rough Rider”, lanzada en marzo de 2025
- Apoyo internacional: Reino Unido proporcionó reabastecimiento aéreo
- Aliados implicados: Irán respalda a los hutíes; Arabia Saudita negó participación
- Repercusiones humanitarias: derrames de petróleo y riesgo de escasez de combustible
Impacto humanitario por la destrucción de la terminal de Ras Issa
La terminal atacada es vital para el 70% de las importaciones y el 80% de la asistencia humanitaria que entra a Yemen, según el Programa de Desarrollo de la ONU. Su destrucción complica el acceso al combustible necesario para transporte, hospitales y servicios básicos.
El Ministerio de Salud hutí informó que entre las víctimas había trabajadores de la terminal, conductores de camión y cinco paramédicos que murieron en ataques posteriores mientras atendían la emergencia.
Imágenes satelitales obtenidas por Associated Press mostraron daños estructurales graves y derrames de petróleo, lo que podría empeorar la ya precaria situación humanitaria del país, afectado por años de conflicto.
En ataques previos durante marzo y abril de 2025, Estados Unidos ya había causado decenas de muertes, incluida la de 70 combatientes hutíes en Al Fazah, el 2 de abril, entre ellos altos mandos del grupo.
Protestas y respuesta militar tras el ataque estadounidense
Tras el bombardeo, miles de personas se manifestaron el 18 de abril en Saná y otras ciudades controladas por los hutíes, con consignas contra Estados Unidos e Israel. El portavoz militar hutí, Yahya Saree, aseguró que el grupo respondió con misiles contra buques y objetivos israelíes.
Israel confirmó la intercepción de un misil lanzado desde Yemen, sin víctimas ni daños. Estados Unidos negó que sus portaaviones hayan sido alcanzados por ataques hutíes en la región.
Estas declaraciones reflejan una postura desafiante por parte de los hutíes, que han intensificado su retórica contra Estados Unidos, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos. A pesar de ello, Arabia Saudita ha evitado involucrarse directamente en la ofensiva estadounidense actual.
Este ataque representa un cambio táctico, ya que, según Foreign Policy, es la primera vez que EE. UU. ataca directamente una instalación petrolera hutí, marcando una escalada en su estrategia contra el grupo.
Presión económica y contexto geopolítico agravan la crisis
El ataque coincidió con la imposición de nuevas sanciones al Banco Internacional de Yemen por parte de Estados Unidos, acusándolo de financiar a los hutíes. Esto refuerza la presión económica como eje de la estrategia estadounidense.
El Ministerio de Relaciones Exteriores iraní calificó los ataques como “bárbaros”, subrayando la alianza entre Irán y los hutíes, y complicando las negociaciones nucleares entre Teherán y Washington.
A pesar del despliegue militar y los más de 200 millones de dólares gastados en municiones desde marzo, analistas del Atlantic Council advierten que la falta de inteligencia precisa ha limitado la efectividad de la campaña.
Desde octubre de 2023, tras la guerra entre Israel y Hamás, los hutíes intensificaron sus ataques en el mar Rojo. Esto provocó la creación de la Operación Prosperity Guardian para proteger la navegación, destacando la importancia estratégica de Ras Issa.