Estados Unidos decidió dejar de aceptar a cualquier piloto de nacionalidad turca adicional que planeara llegar a Estados Unidos para entrenarse con cazas de combate F-35, dicen los funcionarios estadounidenses, en un claro signo de la creciente disputa sobre los planes de Ankara para comprar defensas aéreas rusas.
Los dos aliados de la OTAN se han enfrentado públicamente durante meses por el pedido de Turquía del sistema de defensa aérea S-400 de Rusia, que según Washington plantea una amenaza para los cazas furtivos F-35 de Lockheed Martin Corp., que Turquía también planea comprar.
Estados Unidos dice que Turquía no puede tener ambas cosas, pero ha evitado tomar medidas hasta ahora para reducir o detener la capacitación planificada de pilotos turcos en el programa, una represalia que podría verse como una vergüenza en Turquía.
Los dos funcionarios estadounidenses, que hablaron con Reuters esta semana bajo condición de anonimato, dejaron abierta la posibilidad de que la decisión pudiera revertirse, tal vez si Turquía modificara sus planes. Dijeron que la decisión hasta ahora solo se aplica a las próximas rondas de pilotos turcos y equipos de mantenimiento que normalmente habrían venido a los Estados Unidos.
Aún no se ha tomado una decisión formal para detener el entrenamiento de pilotos turcos y equipos de mantenimiento en la Base de la Fuerza Aérea Luke en Arizona, dijeron las fuentes. Aun así, Reuters informó la semana pasada que el paso estaba siendo considerado seriamente.
Cuatro pilotos turcos están entrenando actualmente en la Base de la Fuerza Aérea Luke. Dos pilotos turcos adicionales están en la base estadounidense trabajando como instructores. Más allá de esos seis oficiales turcos, hay otros 20 mantenedores de aviones turcos en la base que también reciben capacitación, dice el ejército de los Estados Unidos.
Turquía ha expresado su interés en comprar 100 de los cazas, que tendrían un valor total de $ 9 mil millones a precios actuales.
Si Turquía se retirara del programa F-35, sería una de las rupturas más significativas en la historia reciente en la relación entre los dos aliados, dijeron los expertos.
Sin embargo, las tensiones entre Washington y Ankara ya van más allá del F-35 e incluyen estrategias contradictorias en Siria, sanciones contra Irán y la detención de funcionarios consulares estadounidenses en Turquía.
El anuncio de la decisión sobre los proyectos piloto sigue a las señales de que Turquía está avanzando en la compra del sistema de defensa ruso S-400. El Ministro de Defensa Hulusi Akar dijo el 22 de mayo que el ejército turco está siendo entrenado en Rusia para utilizar el S-400 y que el ejército ruso puede llegar a Turquía.
El presidente Tayyip Erdogan dijo el martes que Turquía “no puede” rechazar el acuerdo con Moscú.
Catherine Wilbarger, una de las figuras políticas más importantes del Pentágono, dijo la semana pasada que la conclusión del acuerdo con Rusia sería “devastadora” y perjudicaría seriamente el programa F-35 de Turquía y la interoperabilidad de la alianza de la OTAN.
“El S-400 es un sistema ruso diseñado para derribar un caza F-35”, dijo el viceministro de Defensa en funciones Wilbarger. “Y es impensable que Rusia no aproveche esta oportunidad para obtener información”.