El comportamiento agresivo de China en el Mar de China Meridional en este momento es una noticia antigua, pero los últimos movimientos de Pekín en el Ártico están atrayendo la atención.
El Ártico, donde tanto Estados Unidos como Rusia tienen presencia militar, es conocido por su riqueza en hidrocarburos. En sus reivindicaciones de una fuente de energía tan valiosa, es evidente que los chinos no quieren quedar al margen.
Al igual que el presidente chino Xi Jinping está promoviendo la iniciativa “Belt and Road“, también está tratando de desarrollar la “Ruta Polar de la Seda” para las rutas marítimas que él cree que se están abriendo mientras los glaciares se derriten debido al calentamiento global. Esta opinión parece derivar de la teoría de la alta mar, según la cual los mares polares creados por el cambio climático pueden utilizarse en última instancia con fines comerciales.
La “política ártica” de China fue presentada en un extenso documento en enero de 2018, que dice, entre otras cosas:
“Para comprender el Ártico, China aumentará la capacidad de investigación científica en el Ártico, profundizará la comprensión y el conocimiento de la ciencia del Ártico y estudiará las leyes de la naturaleza que subyacen a su cambio y desarrollo a fin de crear un entorno propicio para que la humanidad pueda proteger, desarrollar y gestionar mejor el Ártico”.
“Para proteger el Ártico, China responderá activamente al cambio climático del Ártico, protegerá su entorno natural y su sistema ecológico únicos, mejorará su propia sostenibilidad climática, ecológica y ecológica y respetará las diversas culturas sociales y tradiciones históricas de los pueblos indígenas”.
“Para el desarrollo del Ártico, China aumentará el potencial y las oportunidades para el uso de las tecnologías del Ártico, mejorará la innovación tecnológica, la protección del medio ambiente, el uso de los recursos y el desarrollo de las rutas marítimas del Ártico, contribuirá al desarrollo económico y social del Ártico, mejorará las condiciones de vida de la población local y participará en el desarrollo común”.
“Para participar en la gobernanza del Ártico, China participará en la regulación y gestión de los asuntos y actividades del Ártico sobre la base de normas y mecanismos. A nivel internacional, China está comprometida con el derecho internacional vigente, incluida la Carta de las Naciones Unidas, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, los tratados sobre el cambio climático y el medio ambiente y las normas pertinentes de la Organización Marítima Internacional, así como con el tratamiento de las diversas amenazas tradicionales y no tradicionales a la seguridad a través de mecanismos mundiales, regionales, multilaterales y bilaterales, y con el establecimiento y mantenimiento de un sistema de gobernanza del Ártico justo, razonable y bien organizado. A nivel nacional, China regulará y gestionará los asuntos y actividades del Ártico bajo su jurisdicción de conformidad con la ley, mejorará constantemente su capacidad para comprender, proteger y desarrollar el Ártico y participará activamente en la cooperación internacional en asuntos relacionados con el Ártico”.
A pesar de los objetivos declarados de China de “innovación tecnológica” y “protección del medio ambiente”, Estados Unidos teme las intenciones militares de Pekín. Según el reciente informe anual del Pentágono al Congreso llamado “Desarrollos militares y de seguridad con la República Popular China en 2019”:
“China ha intensificado sus actividades y su participación en la región del Ártico desde que se convirtió en observador en el Consejo Ártico en 2013. En enero de 2018, China publicó la Estrategia Ártica, que promovía la idea de la Ruta de la Seda, declarando la zona un “Estado cuasi ártico” y definió los intereses de China como el acceso a los recursos naturales y las comunicaciones marítimas (SLOC), además de promover la imagen de un “gran país responsable” en los asuntos árticos. Como parte de esta estrategia, se presta especial atención a los rompehielos chinos y a las estaciones de investigación en Islandia y Noruega. Los países fronterizos del Ártico han expresado su preocupación por la creciente capacidad e interés de China en la región. La investigación civil puede ayudar a fortalecer la presencia militar de China en el Océano Ártico, lo que podría incluir el despliegue de submarinos en la región como elemento disuasorio contra los ataques nucleares”.
Dado que China ya ha desplegado cruceros y misiles tierra-aire al planificar la construcción y el despliegue de reactores nucleares flotantes en el Mar del Sur de China, es probable que Pekín tenga planes similares para el Ártico.
Por lo tanto, la administración de Washington está siguiendo de cerca y debería seguir de cerca las actividades marítimas de China en el Ártico. La afirmación del Gobierno chino de que el objetivo de su política para el Ártico es “crear un entorno propicio para que la humanidad proteja, desarrolle y gestione mejor el Ártico” es tan falsa como la descripción anterior del Presidente Xi de la Iniciativa Cinturón y Carreteras como el proyecto “Paz y cooperación, apertura e inclusión, aprendizaje y beneficio mutuo”.