Estados Unidos y China llevaron a cabo juegos de guerra en Indonesia y Tailandia durante el fin de semana para reforzar su influencia en el sudeste asiático.
El Ministerio de Defensa de Pekín afirmó que el ejercicio Falcon Strike 2022 “mejorará la confianza y la amistad mutuas”.
Los ejercicios de Tailandia coincidieron con los juegos de guerra de dos semanas de Estados Unidos e Indonesia, los mayores simulacros de fuego real Garuda Shield desde 2009. Se sumaron Japón, Australia y Singapur.
Las tensiones entre Pekín y Washington en el sudeste asiático van en aumento. La visita de Nancy Pelosi a Taiwán en agosto enfureció a China, que reclama la isla.
El viaje de la portavoz provocó simulacros de fuego real y el cierre del espacio marítimo y aéreo alrededor de Taiwán en lo que los analistas denominaron un escenario de bloqueo.
La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático pidió la “máxima contención”, sin nombrar a Taiwán, y se declaró “dispuesta a facilitar un debate pacífico”.
Estados Unidos mantiene importantes relaciones y una presencia militar en el sureste asiático, pero la influencia económica de China se ha ampliado en los últimos años.
Varios gobiernos de la región están en vilo por los conflictos territoriales de Pekín en el mar de China Meridional.
Los analistas advierten que la región seguirá alimentando la competencia entre Estados Unidos y China.
Joko Widodo ha sido uno de los pocos líderes extranjeros que ha visitado China desde que comenzó la pandemia. Jokowi acogerá la conferencia del G20 en Bali en noviembre y ha invitado a Xi y a Biden.
El general Andika Perkasa, Panglima de Indonesia, estudió en Estados Unidos. Es “el comandante en jefe más amistoso que EE. UU. tendrá en Indonesia”, dice el investigador principal del IISS Aaron Connelly.
Este año, sin embargo, el general se retirará. Es una oportunidad para que Estados Unidos mejore su conexión [con los militares de Indonesia], pero no es una tendencia que podamos esperar que continúe”.
El profesor de la Universidad Nacional de Vietnam, Huynh Tam Sang, dijo que Washington y Pekín podrían aumentar los ejercicios navales en la región para establecer una disuasión estratégica y cortejar a los países pequeños y medianos del Indo-Pacífico.