El ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Badr Abdelatty, exige la presencia inmediata de la Fuerza Internacional de Estabilización (ISF) en Gaza. Asegura que Israel aprovecha la falta de supervisión extranjera para infringir el alto el fuego de manera constante, vulnerando los acuerdos sin rendir cuentas ante observadores neutrales.
“En cuanto a la Fuerza Internacional de Estabilización, necesitamos desplegar esta fuerza lo antes posible sobre el terreno porque una de las partes, que es Israel, está violando el alto el fuego cada día y alegando que la otra parte lo está violando, así que necesitamos observadores”, declara Abdelatty durante un panel transmitido en vivo el sábado en el Foro de Doha.
Israel sostiene que sus operaciones responden a lo que califica como ataques diarios ejecutados por combatientes de Hamás, incluidos disparos contra soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). El ejército israelí también afirma haber abierto fuego contra palestinos sospechosos que se acercaron a la Línea Amarilla, que divide Gaza entre las zonas oriental e israelí y la franja occidental bajo dominio de Hamás.
Abdelatty explica que Egipto propone ubicar la ISF a lo largo de la Línea Amarilla, área a la que Israel se retiró tras iniciarse el alto el fuego el 10 de octubre. Ese corredor de despliegue gana respaldo entre los actores involucrados, ya que los países evitan posicionar permanentemente tropas dentro de la llamada zona roja, el sector costero occidental controlado por Hamás.
El canciller egipcio comparte además una postura que gana adeptos entre los posibles contribuyentes de la ISF: la fuerza debe centrarse en mantener la paz, no en imponerla. Tal enfoque podría contradecir el objetivo estadounidense de asignarle funciones de desarme de Hamás, a menos que el grupo terrorista acepte entregar sus armas en un acuerdo negociado, algo que hoy parece improbable.
Respecto al paso fronterizo de Rafah, cerrado desde mayo de 2024, Abdelatty responsabiliza a Israel y sostiene que el país solo accede a reabrirlo si opera como vía de salida unilateral para palestinos que abandonen Gaza, lo cual Egipto rechaza categóricamente.
Egipto no permitirá que Rafah se utilice “como puerta de entrada para desplazamientos o para expulsar a personas de su tierra natal”, afirma el ministro. “No hay justificación ética ni moral para desplazar a los palestinos”.
El ministro añade que solo los palestinos que necesiten atención médica podrán cruzar temporalmente, y aclara que incluso ellos deberán regresar una vez finalizado su tratamiento, en cumplimiento del principio de derecho al retorno.
