Líbano y Chipre firmaron el miércoles 26 de noviembre de 2025, en el palacio presidencial de Baabda, un acuerdo de demarcación marítima que define la frontera entre sus zonas económicas exclusivas. El objetivo consiste en habilitar exploraciones de gas en alta mar y establecer un mecanismo estable de cooperación energética en el Mediterráneo oriental. El presidente libanés, Joseph Aoun, y el presidente chipriota, Nikos Christodoulides, encabezaron la ceremonia y afirmaron que el entendimiento favorecerá una relación más estrecha con Chipre, Estado miembro de la Unión Europea.
El pacto cierra un expediente abierto desde 2007, año en que ambos países realizaron una delimitación preliminar sin completar el proceso en Líbano, lo que impidió su entrada en vigor durante casi dos décadas. La firma se produjo después de la aprobación del texto por el Consejo de Ministros libanés en octubre de 2025 y tras contactos políticos sostenidos a lo largo del otoño. El acto de Baabda resolvió el encaje institucional pendiente y consignó la línea de separación entre las respectivas zonas marítimas.
El contenido técnico del entendimiento se basa en el principio de la línea media, criterio que distribuye el espacio marítimo de forma equidistante desde las costas de ambos Estados y que ya sirvió de base para el acuerdo inicial de 2007. La adopción de este método sitúa la delimitación dentro de los parámetros habituales del Derecho del mar y mantiene la coherencia con los trazados utilizados por Chipre en acuerdos con países vecinos.
La firma de Baabda forma parte de una secuencia de normalización de fronteras marítimas en el entorno de Líbano. En 2022, Beirut e Israel definieron su límite en el mar con mediación de Estados Unidos, hecho que eliminó uno de los principales obstáculos para reactivar negociaciones pendientes con otros vecinos. Tras el acuerdo libanés-chipriota, solo queda por delimitar la frontera con Siria, contigua al norte del litoral libanés.
El recorrido político que condujo a la firma incluyó decisiones administrativas y contactos a nivel ministerial. El 24 de octubre de 2025, el gabinete libanés aprobó el texto que fija la frontera marítima con Chipre, conforme a una comunicación oficial difundida ese mismo día. En noviembre de 2025, el ministro libanés de Energía, Joseph (Joe) Saddi, viajó a Nicosia para abordar la cooperación energética bilateral como paso preparatorio de la rúbrica presidencial.
El alcance del acuerdo contempla la habilitación de campañas de exploración en bloques adyacentes a la nueva línea de separación, con especial atención a los sectores en los que la experiencia de Chipre con proyectos en curso y la conectividad hacia plantas de licuefacción en Egipto aportan opciones técnicas para eventuales hallazgos. Las autoridades chipriotas han indicado en foros recientes su previsión de iniciar exportaciones de gas hacia Europa a partir de 2027 mediante el envío del gas por gasoducto a terminales egipcias y su posterior embarque en forma de gas natural licuado.
En el caso de Líbano, el Gobierno espera que la explotación de yacimientos en alta mar genere ingresos fiscales y actividad económica que contribuyan a revertir el colapso financiero de 2019 y a mitigar la insuficiencia crónica de suministro eléctrico. La normalización de fronteras y la seguridad jurídica asociada figuran entre los requisitos señalados por el Ejecutivo para atraer inversiones y reactivar licitaciones en su plataforma continental.
Hasta la fecha, las campañas exploratorias realizadas frente a las costas libanesas no han producido descubrimientos de valor comercial. En 2023, el consorcio que perforó en el Bloque 9 informó resultados negativos tras la primera prospección, hecho que dejó en pausa decisiones posteriores de inversión.
La estructura del nuevo entendimiento bilateral busca reducir incertidumbres que, durante años, afectaron licencias de exploración y planes de desarrollo de infraestructuras. Chipre ha avanzado en la identificación de depósitos de gas en su zona económica exclusiva y, de acuerdo con su estrategia declarada, contempla conexiones hacia Egipto para el procesamiento y la exportación, además de la participación de empresas internacionales en distintos bloques. La estabilización de la frontera con Líbano elimina un factor de riesgo en áreas contiguas al oeste del litoral libanés.
El acto de Baabda reunió a las máximas autoridades de ambos países, que expresaron su disposición a ampliar la cooperación en materias vinculadas a la energía y a la relación con la Unión Europea. La condición de Chipre como Estado miembro de la UE introduce un elemento adicional para la colaboración en el ámbito regulatorio de los mercados energéticos, así como en mecanismos de financiación e interconexión regional. En las declaraciones posteriores a la firma, los jefes de Estado describieron el acuerdo como el cierre de un proceso prolongado y señalaron su intención de traducirlo en iniciativas concretas en exploración y seguridad energética.
Como antecedente, el documento de 2007 entre Líbano y Chipre se construyó sobre una serie de puntos geográficos que definían la línea media, conforme a prácticas comunes en la delimitación de zonas económicas exclusivas y con un patrón similar al aplicado por Chipre en acuerdos con otros Estados ribereños del Mediterráneo oriental. La falta de ratificación en Líbano congeló su efectividad y condicionó, durante años, tanto las negociaciones con Israel como la clarificación de los límites hacia el norte. El marco de 2025 retoma aquel enfoque técnico y lo adapta a los parámetros que rigen hoy la proyección marítima de ambos países.
La definición clara de la frontera marítima con Chipre se suma al conjunto de medidas orientadas a crear un entorno operativo predecible para los titulares de licencias y las empresas de servicios del sector de hidrocarburos. En Líbano, la administración prorrogó y reordenó rondas de licitación en años recientes para ajustarlas a las condiciones del mercado y a los hitos regulatorios, con la expectativa de que un marco de fronteras estable reduzca la prima de riesgo y facilite compromisos de inversión. Además, las autoridades mantuvieron la interlocución con socios industriales con presencia en la región para asegurar disponibilidad de equipos y acceso a plantas de procesamiento.
El acuerdo libanés-chipriota también se relaciona con el conjunto de delimitaciones del Mediterráneo oriental. Chipre cerró en 2010 su separación de zonas con Israel sobre la base de un trazado de referencia. La secuencia de arreglos bilaterales y comunicaciones ante instancias de Naciones Unidas conformó, a lo largo de la última década y media, un conjunto de líneas que establece el marco para la explotación de recursos y la gestión de actividades en alta mar. La homologación entre Beirut y Nicosia reduce solapamientos potenciales y refuerza la coherencia de ese esquema.
En el litoral libanés, el desarrollo posterior dependerá de los programas de perforación y evaluación que adopten los consorcios con licencias vigentes, sujetos a autorizaciones y a la disponibilidad de medios técnicos. En el frente chipriota, la intención de canalizar gas hacia Europa a través de instalaciones egipcias se integra en la estrategia de diversificación de suministros que el Gobierno de Nicosia expone en foros regionales, con cronogramas tentativos que sitúan 2027 como referencia para los primeros envíos.
En conjunto, la formalización de la frontera marítima entre Líbano y Chipre permite a ambos Estados iniciar o reactivar procesos condicionados hasta ahora a la certidumbre jurídica de la línea divisoria, tanto en materia de exploración como en cooperación energética. Con la firma de Baabda, Líbano mantiene pendiente únicamente la delimitación con Siria y conserva vigente el arreglo de 2022 con Israel. En paralelo, las perforaciones realizadas hasta la fecha en aguas libanesas no han arrojado descubrimientos comercialmente explotables.