TÚNEZ, Túnez – El presidente de Túnez ha disuelto el Parlamento en el último golpe a la joven democracia del país norteafricano.
El presidente Kais Saied anuncia la decisión en un discurso televisado, después de que los legisladores liderados por el partido islamista de la oposición celebraran una sesión virtual con el fin de anular las medidas adoptadas por el líder el año pasado para asumir amplios poderes.
Entre esas medidas, Saied suspendió las actividades del Parlamento, que no se ha reunido oficialmente desde julio. Saied argumentó entonces que el país se enfrentaba a un “peligro inminente” debido a las protestas y a la crisis económica, y desde entonces ha gobernado el país por decreto.
Los movimientos empañaron la reputación de Túnez como modelo de democracia y pluralismo en el mundo árabe. Los manifestantes tunecinos derrocaron a un autócrata en 2011 y desataron levantamientos en toda la región.
El presidente del Parlamento, Rached Ghannouchi, líder del partido islamista Ennahdha, convocó una sesión parlamentaria virtual especial para rechazar las medidas de Saied, en la que participaron 116 de los 217 legisladores suspendidos. El partido y otros críticos califican las acciones del presidente del año pasado como un golpe de Estado inconstitucional.
Saied denuncia la sesión parlamentaria como “ilegal e ilegítima” y acusa a los legisladores que participaron de participar en un “complot” contra la seguridad de Túnez destinado a sembrar la división social. Advierte contra la violencia política, amenaza a los organizadores con perseguirlos y anuncia que disolverá el Parlamento.
“En estos graves y delicados momentos, el deber y la responsabilidad nos obligan a proteger el país para que no se rompa”, afirma.
Saied ha prometido un referéndum sobre las reformas políticas previstas para el 25 de julio -el aniversario del día en que asumió amplios poderes- y nuevas elecciones legislativas el 17 de diciembre.