Más de 1,5 millones de personas han muerto a causa del COVID-19 en Europa desde que comenzó la pandemia de coronavirus, según mostró el jueves un recuento de datos oficiales realizado por la AFP, mientras varios países reintroducen medidas para intentar frenar la propagación.
Hasta el jueves por la mañana, la cifra oficial de muertos ascendía a 1.500.105 en un total de 52 países desde que se registró la primera víctima mortal en la región en febrero de 2020, según los datos.
Las cifras se basan en los informes diarios proporcionados por las autoridades sanitarias de cada país. Excluyen las revisiones realizadas por otras organizaciones estadísticas, que muestran que el número de muertes es mucho mayor.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el número total de víctimas de la pandemia podría ser de dos a tres veces superior a los registros oficiales, debido al exceso de mortalidad que está directa e indirectamente relacionado con el COVID-19.
Según las estadísticas oficiales, Rusia es el país más afectado, con 269.057 muertes, pero la agencia nacional de estadística Rosstat estimó el número de muertos de la nación en casi 450.000 a finales de septiembre utilizando criterios más amplios.
Rusia también ha registrado casi el 30% de las nuevas muertes diarias de Europa y una media de 1.246 nuevas víctimas mortales al día.
Gran Bretaña, con 144.286, e Italia, con 133.415, siguen a Rusia con las siguientes cifras más altas de muertes en Europa.
El deterioro de la situación llevó a Austria a decretar un cierre parcial esta semana y a que se produjeran violentas protestas en Bélgica y Holanda por el endurecimiento de las restricciones contra el coronavirus.
La OMS advirtió esta semana que Europa podría sufrir alrededor de medio millón de muertes adicionales durante el invierno e instó a tomar medidas como el uso de mascarillas, la práctica del distanciamiento social y la ampliación de los programas de vacunación.
Pero las tasas de vacunación siguen siendo especialmente bajas en Europa del Este, donde Bulgaria, Bosnia, Montenegro, Macedonia del Norte, Hungría y la República Checa sufren algunas de las cifras de mortalidad más altas del mundo en relación con su población.
El número de nuevas muertes ha ido aumentando desde mediados de julio, con una media de 4.210 registradas al día en la última semana.
La última vez que las infecciones alcanzaron esos niveles fue en otoño de 2020, cuando Europa entró en una segunda ola mortal al entrar en el invierno y antes de que se iniciaran las campañas de vacunación masiva.
Pero el ritmo de aumento de los casos es notablemente diferente. El número de nuevas muertes se multiplicó por cuatro en las 20 semanas transcurridas entre mediados de julio y la semana del 18 al 24 de noviembre, cuando se registraron 29.500.
En comparación, el año pasado sólo hicieron falta cinco semanas para que las muertes semanales relacionadas con el COVID pasaran de 7.000 a 30.000, ya que no había vacunas disponibles para ofrecer protección.
Las infecciones han aumentado en Europa desde principios de octubre. Los nuevos casos registrados oficialmente alcanzaron una media diaria de 369.915 entre el 18 y el 24 de noviembre, lo que supone un aumento del 14% respecto a la semana anterior.
Un gran número de casos menos graves o asintomáticos siguen sin detectarse, a pesar de la intensificación de las pruebas desde el comienzo de la pandemia.