El Papa León XIV planea visitar hoy lugares sagrados en el Líbano que atraen a cristianos y musulmanes mientras procura reconocer la importancia del pluralismo religioso del país y también transmitir un mensaje a los cristianos para que no abandonen la región.
En las últimas décadas, cientos de miles de cristianos han abandonado partes del Medio Oriente para siempre debido a las guerras y al ascenso de extremistas musulmanes.
León llegó ayer a Beirut tras una visita a Turquía que empezó el 27 de noviembre. Exhortó a los líderes políticos del Líbano a actuar como auténticos pacificadores y dejar de lado sus diferencias, con el fin de ofrecer al pueblo libanés un mensaje de esperanza y fortalecer una comunidad cristiana crucial en el Medio Oriente.
El Líbano, un país de mayoría musulmana donde aproximadamente un tercio de la población es cristiana, siempre ocupó un lugar prioritario para el Vaticano como bastión de los cristianos en toda la región.
A pesar de las numerosas crisis que afectaron a la pequeña nación, los cristianos en el Líbano siguen disfrutando de libertad religiosa y de una influencia política significativa. Desde la independencia del país de Francia en 1943, existe un acuerdo de reparto de poder que establece que el presidente del Líbano sea un cristiano maronita, el presidente del Parlamento un musulmán chií y el primer ministro un musulmán sunita.
Esto convierte al Líbano en el único país árabe con un jefe de Estado cristiano.
León tiene previsto visitar hoy la Tumba de San Charbel Makhlouf y el Santuario de Nuestra Señora del Líbano, ambos al norte de la capital. Estos lugares reciben numerosos visitantes y peregrinos cristianos y musulmanes.
