Declaraciones del presidente libanés, Joseph Aoun, provocaron tensiones con Irak tras negar que el modelo de integración de milicias proiraníes en el Estado iraquí sea aplicable al Líbano. El 16 de abril, Bagdad convocó al embajador libanés en respuesta a lo dicho por Aoun en una entrevista con el medio The New Arab.
Durante la entrevista, publicada el 15 de abril, Aoun afirmó que no considera a las Fuerzas de Movilización Popular (FMP) un ejemplo adecuado para su país. Estas fuerzas son milicias iraquíes respaldadas por Irán, compuestas por decenas de brigadas y hasta 100.000 combatientes, entre las que figura Kataib Hezbolá, grupo estrechamente vinculado al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) de Irán. En el caso libanés, Hezbolá mantiene una fuerte presencia armada con respaldo iraní.
El origen de las FMP se remonta a 2014, con la expansión de grupos armados proiraníes durante la guerra contra ISIS. Posteriormente, entre 2017 y 2019, se incorporaron al aparato estatal como fuerza paramilitar, con respaldo del Ministerio del Interior, controlado por miembros de Badr, una milicia también ligada a Irán. Esta estructura busca emular al CGRI iraní como brazo ideológico armado dentro del Estado iraquí.
Desde la presidencia libanesa se expresó rechazo claro a la posibilidad de reproducir este modelo. Aoun remarcó que Líbano no incorporará a Hezbolá como unidad autónoma dentro del ejército, aunque no descartó el ingreso individual de sus miembros si cumplen con los requisitos militares.
Aoun también destacó recientes avances que, según él, facilitan el diálogo con Hezbolá. Mencionó una mayor comunicación entre la presidencia y esa organización, señalando su manifestación en el terreno. Su objetivo es establecer el monopolio estatal sobre las armas en Líbano, sin permitir un aparato militar paralelo. En este contexto, el gobierno libanés busca reforzar su presencia militar en el sur con hasta 10.000 soldados.
El gobierno iraquí interpretó estas declaraciones como una crítica directa al modelo iraquí y mostró su descontento. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Irak citó al embajador libanés, Ali Habhab. El viceministro iraquí, Mohammed Bahr al-Uloom, transmitió el rechazo oficial a las palabras de Aoun, calificándolas de “inapropiadas”.
Fuentes vinculadas a las FMP también manifestaron desconcierto. Un funcionario declaró a The New Arab que las FMP forman parte fundamental del aparato militar y de seguridad iraquí, y que no deberían mencionarse en discusiones sobre asuntos internos del Líbano. Según Bahr al-Uloom, citado por Rudaw, la comparación hecha por Aoun resultó equivocada y evitables habrían sido las referencias a una institución oficial de otro país.
El malestar iraquí se agrava por la percepción de ingratitud, dado el apoyo histórico de Irak al Líbano. Las autoridades iraquíes esperan una rectificación por parte de Aoun, con el fin de preservar la relación bilateral y el respeto mutuo entre ambas naciones.