Keith Kellogg, designado como enviado especial para Ucrania por el presidente electo Donald Trump, instó a retomar la estrategia de “máxima presión” contra Irán. Durante un evento organizado por la oposición iraní en París, el exteniente general expresó que esta política busca abrir camino hacia un cambio democrático en el país persa.
Trump ha reafirmado su intención de reinstaurar medidas que debilitaban la economía iraní. Esta estrategia, aplicada durante su mandato previo, tenía como objetivo forzar a Irán a negociar sobre su programa nuclear, el desarrollo de misiles balísticos y su influencia regional.
Kellogg subrayó que la presión debe ejercerse no solo mediante acciones militares, sino también a través de medidas económicas y diplomáticas. En su discurso ante el Consejo Nacional de la Resistencia de Irán (NCRI), remarcó la urgencia de aprovechar las actuales vulnerabilidades del régimen iraní para promover un cambio positivo.
El representante estadounidense destacó que las oportunidades para transformar a Irán no son permanentes. “La posibilidad de un cambio está presente, pero requiere decisiones rápidas y acciones concretas”, declaró.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán condenó la presencia del NCRI en territorio francés. Señaló que permitir la actividad de un grupo que considera terrorista viola las obligaciones internacionales de Francia en la lucha contra el terrorismo.
Kellogg ha participado en otras reuniones organizadas por el NCRI, siendo su última aparición en noviembre. Su presencia en París, aunque no oficial, revela un interés de la nueva administración estadounidense en las actividades de este grupo opositor.
Marco Rubio, futuro secretario de Estado de Trump, también ha intervenido previamente en eventos del NCRI. Esta organización ha demandado en numerosas ocasiones el derrocamiento del régimen iraní, aunque se desconoce el nivel de apoyo que tiene dentro del país.
El NCRI, considerado el brazo político de la Organización de los Muyahidines del Pueblo de Irán (PMOI), ha realizado numerosas manifestaciones en Francia. Estas convocatorias han contado con la participación de exfuncionarios de alto rango de Estados Unidos, Europa y países árabes, quienes critican abiertamente a la República Islámica.