Un buque portacontenedores de la naviera danesa Maersk ha sido rechazado en su intento de atracar en el puerto español de Algeciras, según informaron el pasado sábado representantes de la compañía.
La naviera negó las afirmaciones de que el barco estuviera transportando armas con destino a Israel. “La carga que se transbordará a través del puerto no incluye armas ni municiones militares”, declaró Maersk en un comunicado.
Funcionarios del gobierno español, citados por el diario El País, habían indicado a principios de semana que tanto este buque como otro de la misma naviera, que está previsto atracar a finales de este mes, no podrán realizar operaciones en España.
La prensa señaló que los dos barcos estarían transportando armas para ser entregadas a Israel, lo que habría motivado la decisión de España.
España refuerza su postura en contra de Israel
El gobierno español, que ha intentado influir en otros países europeos para que reconozcan un Estado palestino, ha decidido no permitir la entrada a barcos que lleven armas con destino a Israel.
Maersk expresó que, a pesar de que “la carga no difiere de los envíos previos que se han transbordado sin problemas”, la empresa ha solicitado explicaciones a las autoridades españolas para comprender las razones de este rechazo.
Según Maersk, las autoridades españolas han cambiado sus criterios y ahora están rechazando cualquier embarcación que transporte materiales militares,
incluso si la carga es completamente legal. “Hemos consultado a las autoridades españolas para entender por qué se negó la entrada a una carga que no se diferencia de los envíos anteriores”, añadió la naviera.
Desvíos y tensiones diplomáticas en torno a la carga
El Maersk Denver se desvió primero a Tánger y, según el portal especializado VesselFinder, ahora se encuentra en dirección a Omán. España, que ha dejado de exportar armas a Israel, es uno de los países europeos más críticos con la ofensiva israelí en Gaza.
Además, España ha sido uno de los primeros países en Europa en reconocer un Estado palestino, en compañía de Irlanda y Noruega, en mayo pasado. Esta acción provocó una fuerte reacción de Israel, que acusó a los países involucrados de “incentivar el terrorismo” con su postura.