Los países árabes del Golfo Pérsico deben tener en cuenta sus relaciones con Estados Unidos cuando traten con China, dijo un funcionario estadounidense el jueves, cuando se reanudaron las tensiones en Washington y Pekín tras la pandemia del coronavirus.
Los países árabes del Golfo han establecido estrechos lazos con Beijing a pesar de sus antiguas relaciones con Estados Unidos, que son sus principales aliados, ya que buscan capital y tecnología para diversificar su economía de manera que no dependa de los ingresos procedentes de los hidrocarburos.
“Estos (países del Golfo) deben considerar el valor de su asociación con los Estados Unidos”, dijo David Schenker, Secretario de Estado Adjunto para Asuntos del Medio Oriente.
“Queremos que las naciones asociadas ejerzan la debida diligencia”, dijo por teléfono.
El presidente Donald Trump culpó a Beijing por la pandemia del coronavirus, y su administración sopesó medidas punitivas contra China por hacer frente al brote en las primeras etapas mientras las pérdidas económicas crecían.
Varios funcionarios del Golfo elogiaron a China por sus esfuerzos para combatir el virus que se originó en la ciudad china de Wuhan.
Recientemente, Pekín intensificó sus esfuerzos diplomáticos en el Oriente Medio. Ha enviado expertos y materiales médicos a países de todo el mundo, incluidos varios países del Golfo, Egipto e Israel, para ayudar a combatir la enfermedad.
El jefe diplomático del Departamento de Estado de Oriente Medio dijo que los países de la región deben ser cuidadosos con la ayuda china, que según él a menudo se califica de “depredadora”.
Schenker también expresó su preocupación por la participación de la empresa china Huawei en la construcción de parte de la infraestructura 5G en el Golfo Pérsico, que alberga la quinta flota de la Armada de Estados Unidos y la base militar más grande de Estados Unidos en la región.
Esto “complicará” la comunicación entre las fuerzas de Estados Unidos y las del Golfo, dijo.
Huawei ha sido durante mucho tiempo un objetivo de la administración de Estados Unidos, que dice que la empresa puede ser utilizada por Pekín. China y Huawei han negado repetidamente la acusación.
Según Schenker, Estados Unidos busca ofrecer a los países alternativas de cooperación con China y sus empresas, aunque admitió que “está detrás de los 5G”. Ninguna empresa americana produce tecnología 5G.