Camille Senon, activista feminista y sindical que escapó por poco de la masacre nazi en su pueblo francés de Oradour-sur-Glane, murió el jueves a los 100 años, informó la alcaldía. Senon era joven cuando la unidad de élite de las SS del Tercer Reich marchó sobre Oradour el 10 de junio de 1944, matando a 642 habitantes, incluida toda su familia.
“Estaba trabajando en Limoges, pero volvería a Oradour el fin de semana. Ese día tomé el tranvía como siempre y enseguida vimos la humareda negra a lo lejos”, declaró Senon a la AFP en 2017. “Nos retuvieron durante varias horas, explicándonos lo que habían hecho en Oradour y haciéndonos creer que quizá también nos matarían a nosotros”, relató. Lo que vi después resulta difícil de describir. No quedó nadie con vida. La mayoría de las víctimas eran mujeres y niños.
Tras la derrota de la Alemania nazi y la liberación de Francia, Senon se unió al sindicato CGT y al Partido Comunista. Ascendió en las filas dominadas por hombres del movimiento sindical hasta dirigir una de las secciones femeninas más importantes de la CGT en París. A lo largo de su vida, Senon, que se definía como una “eterna rebelde”, nunca dejó de luchar por los derechos de las mujeres.
“Cuando empecé a trabajar, imagínense… las mujeres todavía tenían que pedirle permiso a su jefe para casarse. La misoginia y el sexismo cotidiano estaban por todas partes, incluso en los sindicatos”, dijo Senon, quien celebró su centenario en junio. En 2014 se presentó como candidata de izquierda a las elecciones municipales de Limoges y protestó contra la visita a la ciudad de Dieudonné, cómico controvertido condenado por incitación al odio, antisemitismo y apología del terrorismo.
Dos años después rechazó la Orden Nacional del Mérito de Francia, diciendo que no quería “renunciar a toda mi vida de activismo por una mayor justicia y solidaridad, libertad, fraternidad y paz”. “Es importante recordar a los jóvenes que no deben comprometer sus valores y mantener el optimismo, sean cuales sean las circunstancias”, afirmó. Porque aunque el mundo que enfrentamos resulta preocupante, la vida me ha demostrado que nunca es momento de desesperar.