Finlandia, que se espera que ingrese pronto en la OTAN, sería el Estado miembro de mayor valor militar que se incorpore a la alianza desde su creación en 1949, y el único miembro de la OTAN que se ha enfrentado con éxito al ejército ruso en combate. Finlandia ha librado dos guerras con el antiguo Ejército Rojo. La primera, la “Guerra de Invierno”, comenzó con una invasión rusa en noviembre de 1939, en la que los finlandeses, a pesar de las abrumadoras probabilidades, se desenvolvieron notablemente. La segunda guerra finorusa (“Guerra de Continuación”) comenzó cuando los aviones soviéticos bombardearon ciudades finlandesas en junio de 1941.
Finlandia, que invierte en su ejército más del 2% del PIB requerido por la OTAN, aportará a la alianza una gran experiencia en inteligencia y guerra en el Ártico. Parte de las 830 millas de la frontera de Finlandia con Rusia discurre a 20 millas de la segunda ciudad rusa, San Petersburgo. Los finlandeses tienen la mayor fuerza militar de reserva de Europa, capaz de movilizar rápidamente unos 280.000 soldados en caso de crisis. Una estimación sugiere que Finlandia tiene la capacidad de poner un millón de tropas en el campo de batalla en una guerra, casi el 20% de los 5,5 millones de habitantes del país. La constitución finlandesa obliga al reclutamiento universal masculino. Todos los hombres de entre 18 y 60 años pueden ser llamados a filas en caso de emergencia nacional, y en los círculos políticos finlandeses se ha planteado la idea de la movilización femenina. Finlandia también cuenta con una fuerza de defensa civil bien entrenada, apoyada por un complejo nacional de refugios subterráneos profundos, aparcamientos y garajes. Helsinki, la capital, cuenta con unos 16 kilómetros cuadrados de instalaciones subterráneas abastecidas con alimentos y agua dulce.
Los soldados finlandeses están familiarizados con los sistemas de armamento de la OTAN y han realizado ejercicios de adiestramiento con militares de la alianza en las regiones ártica y báltica. Los militares finlandeses también han ayudado a entrenar a los combatientes afganos antitalibanes en Afganistán. La Fuerza Aérea finlandesa ha sustituido recientemente sus cazas F-18 por F-35. La contribución especial de Finlandia a la alianza de la OTAN, además de su excelente fuerza aérea, incluye sus magníficas capacidades para la guerra de invierno. Los pilotos de caza del Cuerpo de Marines de EE.UU. se han ejercitado con el Mando Aéreo de Carelia de Finlandia en la base aérea de Rissala.
Finlandia, aunque es neutral, no es pacifista. Los gobiernos finlandeses han apoyado iniciativas de defensa a nivel europeo y regional. Finlandia se ha comprometido a participar militarmente en la Iniciativa Europea de Intervención (EI2), una institución de defensa diseñada para aumentar la preparación operativa de Europa en caso de crisis. Este concepto fue propuesto por el presidente francés Emmanuel Macron en septiembre de 2017, y condujo a una reunión posterior de 10 ministros de defensa europeos en junio de 2018. El EI2, que ahora cuenta con trece miembros, está explorando posibles contingencias militares que podrían requerir un despliegue exclusivamente europeo. Finlandia también participa activamente en las “Fuerzas Expedicionarias Conjuntas” (JEF), una iniciativa europea liderada por el Reino Unido para organizar ejercicios multinacionales. Consiste en otra coalición militar sub-OTAN de 10 países del norte de Europa, y está diseñada para movilizarse rápidamente para hacer frente a contingencias operativas humanitarias o de combate. Además, Finlandia es uno de los cinco estados miembros de la Cooperación Nórdica de Defensa (NORDEFCO), que incluye a Suecia, Noruega, Islandia y Dinamarca. NORDEFCO tiene como objetivo maximizar la cooperación en materia de defensa en toda la región, haciendo hincapié en la interoperabilidad de las armas, la rentabilidad y la asignación eficiente de los recursos militares relacionados.
Rusia ya ha lanzado amenazas de represalia en caso de que Finlandia o Suecia se incorporen a la OTAN. El presidente ruso Vladimir Putin anunció que cualquier esperanza de una Zona Libre de Armas Nucleares del Báltico (BNWFZ), apoyada por los diplomáticos finlandeses y suecos, se derrumbaría. Además, Putin declaró, sin mucha sinceridad, que Rusia desplegaría armas nucleares en Kaliningrado, un enclave ruso situado entre Polonia y Lituania. Los planificadores estratégicos de Estados Unidos y de la OTAN suponen que Moscú ya tiene armas nucleares secuestradas en Kaliningrado, capaces de ser colocadas en los misiles balísticos de corto alcance Iskandar desplegados allí.
Finlandia, a lo largo de la Guerra Fría, mantuvo técnicamente su neutralidad, pero desde la invasión rusa de Ucrania, ha abandonado toda pretensión de no alineamiento oficial. La primera ministra finlandesa, Sanna Marin, ha indicado que la decisión de solicitar el ingreso en la OTAN se tomará “en semanas, no en meses”. Marin añadió: “No hay otra manera de tener garantías de seguridad que bajo la disuasión y la defensa común de la OTAN, como en el ‘Artículo 5’ de la OTAN, el compromiso de los 30 estados-nación miembros, de que un ataque a uno es un ataque a todos”.