Un tribunal francés ordenó la liberación de Georges Ibrahim Abdallah, de 74 años, quien cumplía cadena perpetua por los asesinatos cometidos en 1982 contra un diplomático israelí y un agregado militar estadounidense en París. La excarcelación se hizo efectiva este viernes desde la prisión de Lannemezan, en el sur de Francia, tras más de cuatro décadas de reclusión. La medida se aplicó bajo la condición de que abandonara el país rumbo al Líbano.
Abdallah figuraba entre los presos más antiguos de Francia. En general, los condenados a cadena perpetua son liberados tras cumplir menos de 30 años. Fue detenido en 1984 y sentenciado en 1987. Durante el arresto, las autoridades hallaron metralletas y estaciones de comunicación en un apartamento vinculado a él. El excombatiente negó responsabilidad en los asesinatos, aunque reconoció haber integrado movimientos armados de orientación marxista-leninista.
En su celda, decorada con una bandera del Che Guevara, imágenes de flores, banderas palestinas y una foto de la mezquita apodada Al-Aqsa, Abdallah declaró que la “lucha” lo sostuvo durante sus años de reclusión. “Si estoy vivo frente a ustedes hoy, es porque he seguido luchando, de lo contrario, 40 años \[en la cárcel] convertirían tu cerebro en papilla”, dijo el exmiembro del Frente Popular para la Liberación de Palestina.
La agencia AFP accedió a su celda el 17 de julio, acompañada por la diputada Andree Taurinya, quien ejerció su prerrogativa parlamentaria para visitar centros penitenciarios. Ese mismo día, el tribunal aprobó la liberación del condenado. En el encuentro, ambos se tomaron una fotografía, y Abdallah apareció vestido con una camiseta sin mangas y pantalones cortos. La visita incluyó una conversación sobre su experiencia carcelaria y su militancia política.
Abdallah afirmó que se había mantenido como “militante con lucha”, pese a las condiciones de encierro. Aseguró que no preveía modificar su visión ideológica una vez que abandonara Francia. Según sus declaraciones, organizaba su calendario digital con códigos de colores: marrón para los “camaradas muertos”, naranja para las visitas y verde para los cumpleaños. “El color marrón está ocupando cada vez más espacio”, comentó.
El detenido había resultado herido en 1978 durante la invasión israelí al Líbano. Posteriormente, se integró al FPLP, organización clasificada como terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea. Más tarde, fundó las Facciones Revolucionarias Armadas Libanesas, con vínculos con agrupaciones extremistas como las Brigadas Rojas de Italia y la Facción del Ejército Rojo alemán. Abdallah afirmó haber actuado en defensa de los derechos palestinos.
La liberación fue posible pese a que Estados Unidos, parte civil en el caso, se opuso de forma reiterada durante los últimos 25 años. La embajada israelí en París también rechazó la decisión. “Tales terroristas, enemigos del mundo libre, deberían pasar sus vidas en prisión”, declaró la delegación diplomática. A pesar de esas objeciones, el tribunal autorizó la salida del reo con el requisito de que abandonara el país.
En Francia, Abdallah recibió el respaldo de figuras de izquierda y de la autora Annie Ernaux, ganadora del Premio Nobel de Literatura. Se realizaron manifestaciones en favor de su liberación. El propio Abdallah se describió como “preso político” y afirmó que su situación había sido privilegiada en comparación con las condiciones que, según él, enfrentan prisioneros en Gaza, Judea y Samaria.
También expresó su apoyo a las protestas recientes contra la campaña militar israelí en Gaza. “Palestina sigue siendo la palanca histórica de la revolución en todo el mundo árabe”, afirmó.