Francia aceptó no atacar a los terroristas árabes que mataron a judíos franceses en París en 1982 si se abstenían de llevar a cabo nuevos ataques en suelo francés, reveló un ex espía de alto rango.
Yves Bonnet, quien dirigió el ya desaparecido servicio de la DST en la década de 1980, dijo esto en enero a un juez que investigaba el ataque de 1982 en el que seis personas fueron asesinadas y 22 resultaron heridas en un restaurante kosher en la calle Rosiers en París, informó Le Parisien el jueves.
Los sospechosos del ataque al deli de Jo Goldberg son buscados para ser interrogados en virtud de una orden de detención francesa de 2015. Uno de los sospechosos vive en Jordania, otro cerca de Ramallah y un tercero en Noruega, según el grupo paraguas CRIF de las comunidades judías francesas.
Ninguno de los gobiernos pertinentes ha acordado extraditar a los sospechosos, que según los investigadores franceses pertenecían al grupo terrorista Abu Nidal afiliado a Fatah.
“Entramos en una especie de acuerdo verbal que les dice: No quiero más ataques en suelo francés, pero le permitiré venir a Francia y le garantizo que no le pasará nada”.
Las autoridades francesas permitieron que dos de los presuntos autores visitaran a sus hermanos en armas en las cárceles francesas tras el atentado de 1982, en el que los terroristas lanzaron granadas contra el restaurante repleto de gente, que se convirtió en el escenario del atentado antisemita más sangriento en Francia desde la Segunda Guerra Mundial.
“Funcionó, no hubo más ataques desde finales de 1983, durante 1984 y hasta 1985”, dijo Bonnet.