Hezbolá en el Líbano seguía entregando bíperes de la marca Gold Apollo a sus miembros, horas antes de que miles de estos dispositivos explotaran, según informaron dos fuentes de seguridad libanesas.
Esto sugiere que el grupo confiaba en la seguridad de los aparatos, a pesar de estar llevando a cabo una revisión de su equipo electrónico para detectar posibles amenazas.
Una de las fuentes señaló que un miembro del grupo, respaldado por Irán, recibió un bíper nuevo el lunes, el cual explotó al día siguiente mientras aún estaba en su caja. Asimismo, otro dispositivo entregado a un alto rango unos días antes, detonó hiriendo a un subordinado, según la segunda fuente.
Reuters informó esta semana que Hezbolá no había detectado hasta tres gramos de explosivos ocultos en estos bíperes durante meses. Una de las fuentes de seguridad mencionó que era extremadamente complicado identificar los explosivos “con cualquier dispositivo o escáner”, sin especificar qué tipo de escáneres utilizó Hezbolá para inspeccionar los aparatos.
Las revisiones del equipo, incluidos los dispositivos de comunicación, no se centraron específicamente en los bíperes, sino que formaban parte de un “barrido” rutinario para detectar cualquier indicio de explosivos o mecanismos de vigilancia, explicó una de las fuentes.