Human Rights Watch (HRW) afirmó que su investigación de un ataque israelí en Habariyeh, sur del Líbano, el pasado 27 de marzo, reveló que las víctimas eran trabajadores de emergencia y no terroristas. Según el comunicado de HRW, el ataque “mató a siete voluntarios de emergencia y socorro” y fue considerado “un ataque ilegal contra civiles que no tomó todas las precauciones necesarias”.
Desde el 8 de octubre, fuerzas lideradas por Hezbolá han estado atacando comunidades y puestos militares israelíes casi diariamente, en apoyo a Gaza tras los ataques de Hamás en Israel el 7 de octubre. En respuesta, Israel alega que su ataque en marzo tenía como objetivo a un “operativo terrorista significativo” de Jamaa al-Islamiya, grupo libanés afiliado a Hamás, y a otros miembros de la organización, calificándolos a todos como “terroristas”.
HRW contradijo esta afirmación, señalando que no encontró “evidencia de un objetivo militar en el sitio” y que el ataque “tuvo como objetivo una estructura residencial que albergaba al Cuerpo de Emergencia y Socorro de la Asociación Libanesa de Socorro, una organización humanitaria no gubernamental”. Además, HRW destacó una “falta de toma de todas las precauciones posibles para verificar que el objetivo era militar y evitar la pérdida de vidas civiles”.
Por otro lado, el ejército israelí mantiene su postura, insistiendo en que los muertos eran miembros de Jamaa al-Islamiya. Este grupo, por su parte, negó cualquier conexión con los servicios de emergencia mencionados. Familiares de los muertos, así como la Asociación Libanesa de Socorros y la defensa civil, afirmaron que los siete hombres eran civiles y no estaban afiliados a ningún grupo armado.
A pesar de estas declaraciones, HRW admitió que contenido en redes sociales sugiere que al menos dos de los muertos “podrían haber sido partidarios” de Jamaa al-Islamiya, lo que complica el panorama del incidente.