El predicador radical islamista Anjem Choudary, encarcelado por incitar a apoyar al grupo del Estado Islámico (ISIS), fue liberado de la prisión el viernes, informó la BBC.
El clérigo fue condenado en 2016 a cinco años y medio de prisión.
Dirigió una red extremista vinculada a violentos jihadistas, incluido uno de los asesinos del soldado Lee Rigby en 2013.
Choudary, de 51 años, ha cumplido menos de la mitad de su sentencia y completará el resto bajo estricta supervisión. Se han preparado hasta 25 medidas para controlarlo, según el informe de la BBC.
Choudary es el ex jefe en Gran Bretaña de Islam4UK o al-Muhajiroun, un grupo que pidió la ley islámica en Gran Bretaña y que fue prohibido bajo la legislación antiterrorista en 2010.
A menudo ha elogiado a los terroristas musulmanes, refiriéndose a los terroristas del 11 de septiembre como «magníficos mártires». Choudary ha elogiado el ataque terrorista de 2008 en Mumbai, India y también ha pedido apedrear a homosexuales, asesinar al Papa y procesar a la Reina Isabel por genocidio.
En 2013, fue filmado mientras amenazaba en una protesta frente a la Embajada de Francia en Londres de que el Islam dominará Francia e Inglaterra.
Choudary y su coacusado, Mohammed Rahman, fueron acusados de solicitar apoyo para ISIS, que está prohibido por las leyes antiterroristas del Reino Unido, entre el 29 de junio de 2014 y el 6 de marzo de 2015.
Si bien Choudary no está acusado de organizar ataques terroristas, se le considera uno de los radicalizadores más destacados del Reino Unido.
Ha sido descrito como un «terrorista peligroso endurecido» y alguien que ha tenido una «gran influencia en el extremismo islamista en este país» por el ex jefe de terror de la Policía Metisona, Richard Walton.
A principios de esta semana, se anunció que se habían congelado los activos de Choudary y que figuraba en un registro mundial de terroristas conocidos supervisado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
La orden de congelación de activos significa que estará bajo controles financieros extremadamente estrictos, lo que generalmente significa que las autoridades serán alertadas si intenta abrir una cuenta bancaria o transferir dinero.