Jared Kushner, asesor para Oriente Medio del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump y también su yerno, propuso reubicar a los gazatíes en el desierto del Néguev como estrategia para permitir a las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) continuar su ofensiva militar contra Hamás.
Estas declaraciones, recogidas por The Hill, tienen su origen en una conversación mantenida hace un mes con Tarek Masoud, presidente de la facultad Middle East Initiative (MEI) de Harvard, aunque han trascendido recientemente.
Kushner argumentó: “Así que lo que yo haría ahora mismo si fuera Israel es intentar decir: «Número uno, queréis sacar a tantos civiles de Rafah como sea posible»”. Además, indicó la posibilidad de trasladar a los civiles a Egipto, aunque reconoció que esta idea fue rechazada, pero argumentó que “la diplomacia adecuada” podría hacerla factible. También sugirió, como alternativa, “arrasar algo en el Néguev, intentar trasladar a la gente allí”.
Durante el diálogo, Masoud interrogó a Kushner sobre la viabilidad de trasladar a los gazatíes al Néguev, a lo que Kushner, desde Miami Beach, respondió reflexionando sobre lo que él haría en una situación así. Opinó sobre el valor potencial de las propiedades costeras en Gaza si se centraran en el desarrollo económico en lugar de en actividades militares como la construcción de túneles o la adquisición de municiones, calificándola de “situación un poco desafortunada”.
Kushner también expresó su oposición a la creación de un Estado palestino, argumentando que reconocerlo sería “recompensar un acto de terror”, calificándolo como “una idea súper mala en ese sentido.” Recordó su papel crucial en los Acuerdos de Abraham, que normalizaron las relaciones entre Israel y varios países árabes. Él y su adjunto, Avi Berkowitz, fueron nominados para el Premio Nobel de la Paz en 2021 por estos logros.
Por último, Kushner y su esposa Ivanka Trump han indicado que declinarían volver a la Casa Blanca en caso de que Donald Trump sea reelegido en noviembre.