El Kremlin dijo el lunes que Rusia favorecía el comercio bilateral con todos los países en sus monedas nacionales, en lugar del dólar, pero que la idea requería un trabajo detallado antes de implementarse.
El sábado, el presidente turco, Tayyip Erdogan, anunció que Turquía se estaba preparando para realizar transacciones a través de monedas nacionales con China, Rusia y Ucrania.
La lira turca cayó a un nuevo mínimo histórico de 7,24 por dólar en las primeras operaciones de Asia Pacífico el lunes, mientras los inversores continúan preocupados por el estado de la economía y el deterioro de los lazos con Estados Unidos en medio de una disputa diplomática por un pastor estadounidense en la cárcel.
Cuando se le preguntó acerca de la propuesta de Erdogan, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que Rusia había estado presionando para lograr un acuerdo de este tipo con todos los países. Dijo que el tema se planteó en más de una ocasión durante las conversaciones bilaterales entre Turquía y Rusia.
Erdogan dijo el lunes que esperaba que continúen los ataques contra la economía de Turquía, pero pronosticó que la lira volvería pronto a “niveles racionales”, luego de que la moneda turca alcanzara un mínimo histórico de más de 7 por dólar.
Erdogan, quien describió la caída de la lira como la consecuencia de un complot en lugar de los fundamentos económicos, también dijo que difundir noticias falsas sobre la economía era traición y que las recientes acciones estadounidenses fueron una puñalada en la espalda contra Ankara.
Alemania tiene un interés en una economía turca estable y está monitoreando la situación de cerca, dijo un portavoz del gobierno, cuando se le preguntó sobre el colapso de la moneda turca, que ha perdido más del 40 por ciento frente al dólar estadounidense este año.
Una portavoz del Ministerio de Finanzas alemán dijo que no había habido conversaciones de crisis entre los miembros de los países industrializados del G20 sobre la situación.
La lira de Turquía ha disminuido drásticamente este año, en gran medida por las preocupaciones sobre la influencia del presidente Tayyip Erdogan sobre la economía, sus reiterados pedidos de tasas de interés más bajas y las tensiones con Estados Unidos.
La portavoz dijo que era demasiado pronto para comentar sobre la exposición de las empresas alemanas a la situación económica en Turquía, y se negó a evaluar los últimos acontecimientos allí.