Beirut prohíbe a Hamás usar su territorio para acciones que amenacen la estabilidad, tras presiones de EE. UU. y alto el fuego con Hezbolá.
Líbano refuerza control sobre grupos armados tras alto el fuego
El Consejo Supremo de Defensa de Líbano anunció el viernes una advertencia directa al grupo terrorista palestino Hamás, instándolo a abstenerse de realizar operaciones desde territorio libanés que comprometan la seguridad nacional o la soberanía del país. La declaración responde a la creciente presión internacional, liderada por Estados Unidos, para que Líbano desarme a todos los grupos armados no estatales, tras el alto el fuego alcanzado en noviembre de 2024 que puso fin a la guerra entre Israel y el grupo terrorista libanés Hezbolá, aliado de Hamás. El acuerdo estipulaba el desarme de “todos los grupos armados” y el desmantelamiento de infraestructura militar no autorizada en el país.
Durante una sesión del consejo, Mohammad al-Mustafa, secretario general, informó a la prensa que se recomendarán medidas al gabinete libanés, incluyendo una advertencia explícita a Hamás para que no utilice el territorio como base de operaciones que afecten la estabilidad. La presencia de Hamás en Líbano es significativa, con bases en campamentos de refugiados palestinos que albergan a cientos de miles de personas, donde la autoridad de las fuerzas de seguridad libanesas es limitada. Estos campamentos han sido utilizados históricamente por grupos armados para actividades militares.
La advertencia se produce en un contexto de tensiones regionales. Desde el ataque terrorista de Hamás el 7 de octubre de 2023 en Israel, que dejó 1.200 muertos y 251 secuestrados, combatientes de Hamás en Líbano han disparado cohetes hacia territorio israelí en apoyo a la guerra en Gaza. Estos ataques han provocado respuestas militares israelíes, incluyendo bombardeos que eliminaron a varios comandantes de Hamás, como el subjefe del grupo a principios de 2024. La situación ha generado preocupación en Beirut sobre la posibilidad de que Líbano sea arrastrado a un conflicto más amplio.
El presidente libanés, Joseph Aoun, excomandante del ejército, ha reiterado el compromiso de someter todas las armas al control estatal. En la reunión del consejo, Aoun destacó que Líbano no permitirá ser involucrado en conflictos regionales, al tiempo que reconoció la importancia de los derechos palestinos sin comprometer la estabilidad interna. Por su parte, el primer ministro libanés instó a la entrega de armas ilegales y a evitar que Hamás o cualquier otra facción ponga en riesgo la seguridad del país.
Datos clave sobre la situación de seguridad en Líbano
- El ejército libanés incautó 800 cohetes en el campamento de refugiados de Al-Beddawi, según el canal saudí Al-Hadath.
- Los cohetes pertenecerían al Frente Popular para la Liberación de Palestina – Comando general, un grupo palestino con vínculos a Hamás.
- Hezbolá se retiró del sur del río Litani, a 20 km de la frontera con Israel, tras el alto el fuego de noviembre de 2024.
- El ejército libanés controla actualmente el 85% del sur del país, según el presidente Joseph Aoun.
- Israel ha continuado ataques aéreos contra operativos de Hezbolá, con dos bajas reportadas el jueves.
Esfuerzos libaneses para desarmar grupos terroristas
El viernes, el canal saudí Al-Hadath reportó que el ejército libanés confiscó 800 cohetes en el campamento de refugiados de Al-Beddawi, en el norte del país, presuntamente pertenecientes al Frente Popular para la Liberación de Palestina – Comando general, un pequeño grupo terrorista palestino aliado de Hamás. Aunque no hubo confirmación oficial, el reporte también indicó que las fuerzas libanesas ingresaron a bases de Hezbolá en el norte, marcando un esfuerzo más amplio para reducir la influencia de grupos armados. Este grupo palestino, aunque vinculado al Frente Popular para la Liberación de Palestina, no ha ejecutado ataques terroristas significativos de forma independiente en los últimos años.
El desarme en Líbano coincide con hostilidades de baja intensidad entre Israel y Hezbolá, que persisten pese al alto el fuego. El jueves, las Fuerzas de Defensa de Israel eliminaron a dos operativos de Hezbolá en ataques aéreos, como parte de operaciones continuas contra amenazas inmediatas. Los combates entre ambos comenzaron el 8 de octubre de 2023, cuando Hezbolá lanzó ataques diarios con misiles y drones contra Israel en apoyo a Hamás, tras el inicio de la guerra en Gaza. La escalada incluyó dos meses de guerra abierta, que dejó graves daños en el sur de Líbano y desplazamientos masivos.
El alto el fuego de noviembre de 2024 obligó a Hezbolá a replegarse del sur del río Litani, a unos 20 kilómetros de la frontera con Israel, y a desmantelar gran parte de su infraestructura militar en la zona, según una fuente de seguridad libanesa citada por AFP. Sin embargo, no ha habido verificación independiente de estas afirmaciones. El presidente Aoun afirmó en una entrevista con Sky News Arabia que el ejército libanés ahora controla el 85% del sur del país, una región previamente dominada por Hezbolá.
La presión internacional, especialmente de Estados Unidos, ha sido clave para empujar al gobierno libanés a actuar contra los grupos armados. El alto el fuego establece que Líbano debe garantizar que solo las fuerzas estatales posean armas, un desafío en un país donde Hezbolá y otros grupos han operado con relativa autonomía durante décadas. La presencia de campamentos palestinos, donde grupos como Hamás mantienen influencia, complica estos esfuerzos, ya que las fuerzas libanesas enfrentan restricciones para operar en esas áreas.
Contexto regional y desafíos para la estabilidad libanesa
La advertencia a Hamás y las acciones contra otros grupos armados reflejan el delicado equilibrio que Líbano busca mantener. Por un lado, el país alberga a cientos de miles de refugiados palestinos, cuya causa es políticamente sensible. Por otro, la presencia de grupos terroristas como Hamás y Hezbolá ha generado tensiones con Israel y ha puesto a Líbano en el centro de disputas regionales. Los ataques de Hamás desde Líbano, como los cohetes lanzados tras el 7 de octubre de 2023, han sido limitados en comparación con los de Hezbolá, pero han contribuido a la inestabilidad.
Israel, por su parte, ha mantenido una postura de tolerancia cero frente a las amenazas desde Líbano. Los ataques aéreos contra comandantes de Hamás y operativos de Hezbolá demuestran que las Fuerzas de Defensa de Israel continuarán actuando contra cualquier actividad que consideren una violación del alto el fuego. Estas operaciones, aunque focalizadas, mantienen la tensión en la frontera sur del Líbano, donde incidentes esporádicos persisten.
El gobierno libanés, liderado por el presidente Aoun y el primer ministro, enfrenta el desafío de cumplir con las demandas internacionales mientras navega por la compleja política interna. La influencia de Hezbolá, respaldado por Irán, sigue siendo un obstáculo para la plena implementación del desarme. Además, los campamentos palestinos, como Al-Beddawi, representan zonas de difícil control, donde grupos como el Frente Popular para la Liberación de Palestina – Comando general y Hamás han mantenido arsenales.
El reporte de Al-Hadath sobre la incautación de cohetes sugiere que el ejército libanés está intensificando sus operaciones, pero la falta de confirmación oficial refleja la sensibilidad de estas acciones. Líbano busca proyectar una imagen de control soberano, mientras enfrenta presiones internas y externas para desmantelar las redes de grupos terroristas que operan en su territorio.