El domingo, el Líbano pidió una investigación internacional sobre el ataque con cohetes de Hezbolá que causó la muerte de 12 niños en la ciudad drusa de Majdal Shams la noche del sábado, advirtiendo contra una represalia a gran escala.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron que un cohete de fabricación iraní lanzado por el grupo terrorista libanés Hezbolá impactó un campo de fútbol en Majdal Shams, una ciudad árabe drusa. El ataque se saldó con la muerte de niños y adolescentes que jugaban en el lugar y dejó a docenas de heridos.
Hezbolá, que se atribuyó varios ataques a posiciones militares israelíes durante el día, negó su participación en el ataque a Majdal Shams, afirmando que no tenía “ninguna conexión” con el incidente.
En una declaración el día X, el ministro de Asuntos Exteriores del Líbano, Abdallah Bou Habib, pidió una “investigación internacional o una reunión del comité tripartito a través de la FPNUL para conocer la verdad” sobre la autoría del ataque. El comité tripartito está compuesto por funcionarios militares del Líbano e Israel, junto con las fuerzas de paz de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL).
Tanto las FDI como la inteligencia estadounidense han atribuido el lanzamiento del proyectil a Hezbolá, aunque aún no se ha determinado si el grupo terrorista tenía la intención de alcanzar el objetivo o si fue un disparo fallido. Las FDI señalaron que el cohete era un Falaq-1 de fabricación iraní con una ojiva de más de 50 kilogramos (110 libras) de explosivos.
En un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores libanés, Bou Habib expresó que “esperaba que el ataque a Majdal Shams fuera perpetrado por otras organizaciones o que fuera un error de Israel o de Hezbolá”. Insistió en que el grupo terrorista con sede en el Líbano ataca “solo posiciones militares” y descartó que hubieran realizado un ataque intencional contra civiles en Majdal Shams.
El comunicado, publicado por la Agencia Nacional de Noticias estatal, indicaba que Bou Habib también “pidió la aplicación completa e integral” de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la cual puso fin a la guerra de 2006 entre Israel y Hezbolá, y estipuló que el ejército libanés y las fuerzas de paz de la ONU fueran las únicas fuerzas armadas desplegadas en el sur del Líbano.
“Un gran ataque de Israel contra el Líbano conducirá a un deterioro de la situación regional y provocará una guerra regional”, advirtió Bou Habib. En respuesta al ataque en Majdal Shams, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, prometió el domingo “golpear duramente al enemigo”, mientras que Irán advirtió a Israel que cualquier nueva “aventura” militar en el Líbano podría tener “consecuencias imprevistas”.
Hezbolá afirma que ha estado apoyando a los habitantes de Gaza y a su aliado Hamás con sus ataques transfronterizos, los cuales comenzaron el día después de la masacre del 7 de octubre perpetrada por el grupo terrorista palestino en el sur de Israel, desencadenando la guerra en Gaza. El grupo anunció el domingo su primer ataque contra una posición israelí desde el día anterior, afirmando que también fue “en respuesta a los ataques enemigos” contra aldeas y casas del sur del Líbano.
Hasta ahora, los enfrentamientos en la frontera han causado la muerte de 24 civiles israelíes, además de 18 soldados y reservistas de las FDI. También se han registrado varios ataques desde Siria, sin causar heridos.
Hezbolá ha identificado a 381 miembros que han sido asesinados por Israel durante los enfrentamientos, la mayoría en el Líbano, pero algunos también en Siria. Además, en Líbano han muerto otros 68 miembros de diferentes grupos terroristas, un soldado libanés y decenas de civiles.