El ministro de Relaciones Exteriores de Líbano, Gebran Bassil, subrayó el sábado la necesidad de trabajar para el regreso de los refugiados “palestinos” y sirios que residen en el Líbano a sus países de origen.
Hablando en una comida Iftar al concluir el ayuno diario del Ramadán, Bassil dijo que el Líbano está decidido a frustrar cualquier plan destinado a naturalizar a los refugiados “palestinos” y sirios en su territorio.
“El peligro de reasentamiento se ha expandido hoy y existe un claro deseo de que permanezcan en nuestro país, mientras que nuestro deber es devolverlos a su país después de que pase el difícil período”, agregó Bassil.
Más temprano el sábado, el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, afirmó que el plan de paz de Estados Unidos podría ver a los “refugiados palestinos” asentados permanentemente en los países receptores de la región.
Afirmó que el enfoque de la conferencia en temas económicos “puede abrir la puerta a la cuestión de la naturalización de los hermanos palestinos en el Líbano y los países donde están ubicados”.
La Autoridad Palestina exige que Israel permita que más de 700.000 refugiados que huyeron del área durante la creación del Estado de Israel a fines de la década de 1940, y únicamente sus descendientes, regresen a Israel bajo el “derecho de retorno”.
Según un censo realizado por las autoridades nacionales en 2017, aproximadamente 174.000 “refugiados palestinos” viven en el Líbano.
La ONU estima que hay decenas de miles más. Sin embargo, a pesar de que la definición internacional de “refugiado” no incluye a los descendientes de refugiados, cuando se trata de refugiados “palestinos”, la definición se ha ampliado unilateralmente para garantizar que las cifras sigan creciendo.
Los “refugiados palestinos” en el Líbano tienen opciones laborales limitadas y se les niega la ciudadanía.
En los últimos años, los campos de refugiados en el Líbano han sido escenario de enfrentamientos armados entre grupos rivales, que han resultado en la muerte de algunos de los residentes de los campos.