La semana pasada, altos dirigentes de Hamás en el exterior dejaron Qatar y se trasladaron a Turquía, según confirmó un diplomático árabe al Times of Israel el domingo. Este cambio ocurrió después de que Doha anunciara su retirada de los esfuerzos para mediar en la guerra en Gaza.
El diplomático, que pidió permanecer en el anonimato, minimizó la importancia de la partida, señalando que los líderes de Hamás en el exterior ya pasan gran parte de su tiempo en Turquía cuando no están en reuniones en Qatar.
La salida del politburó de Hamás fue confirmada por primera vez por la emisora israelí Kan.
Por su parte, Estados Unidos reveló el 8 de noviembre que había solicitado a Qatar la expulsión de los terroristas líderes de Hamás de Doha, donde el grupo terrorista tiene una oficina desde 2012. Este pedido habría sido realizado a instancias de Washington, después de que Hamás rechazara repetidamente acuerdos de rehenes y ejecutara a seis cautivos, incluyendo a un ciudadano estadounidense.
Al día siguiente, Qatar anunció que detenía sus esfuerzos de mediación. Un diplomático familiarizado con el asunto explicó a The Times of Israel que Doha había solicitado a los líderes de Hamás abandonar el país a fines de octubre, aunque sin especificar una fecha límite.
El gobierno de Qatar dejó claro que su decisión no era definitiva y que estaba dispuesto a reanudar los esfuerzos de mediación si las partes estaban dispuestas a negociar de manera seria para alcanzar un alto el fuego en Gaza y la liberación de rehenes.
De acuerdo con el diplomático, Qatar optó por expulsar a los líderes de Hamás después de concluir que ninguna de las partes estaba dispuesta a negociar de buena fe.
Turquía se convierte en opción para Hamás tras el retroceso de Qatar
La presencia de muchos familiares de los líderes de Hamás en Turquía hace que el país sea una opción práctica para la diáspora del grupo terrorista. No obstante, la acogida formal de altos miembros de Hamás podría generar tensiones con la administración de Joe Biden, quien ha señalado que ninguno de sus aliados debería dar refugio al grupo terrorista. Se prevé que Donald Trump, cuando asuma la presidencia en enero, mantenga la misma postura.
Hasta el momento, Ankara ha jugado un papel secundario en las negociaciones sobre los rehenes, aunque sus estrechos vínculos con terroristas líderes de Hamás podrían cambiar esta dinámica. Es incierto si Turquía tomará un papel más activo en las conversaciones ahora que Qatar ha decidido dar un paso atrás en sus esfuerzos de mediación.
La muerte de Yayha Sinwar, líder de Hamás en Gaza, a mediados de octubre a manos de Israel, fue vista por Estados Unidos como una oportunidad para avanzar en las negociaciones de un alto el fuego y la liberación de rehenes, al identificar a Sinwar como el principal obstáculo.
Por su parte, los mediadores árabes, como Qatar y Egipto, tuvieron una perspectiva distinta, considerando que aunque Sinwar dificultaba las conversaciones, su ausencia podría hacerlas aún más complicadas debido a la falta de liderazgo centralizado dentro de Hamás, según fuentes árabes y estadounidenses citadas por The Times of Israel.
Además, los mediadores árabes han mostrado mayor culpa hacia Israel que hacia Estados Unidos, destacando la negativa del primer ministro Benjamin Netanyahu a aceptar un alto el fuego indefinido o la retirada completa de las tropas israelíes, incluso a cambio de la liberación total de los rehenes. En julio, Netanyahu introdujo nuevas condiciones a una oferta de tregua que Hamás ya había aceptado en gran medida.
Críticas a Netanyahu por opositores de izquierda
Varios críticos de Benjamin Netanyahu, incluidos medios de comunicación y activistas de izquierda, lo han acusado de anteponer su supervivencia política a la vida de los rehenes. Estas acusaciones surgen debido a las amenazas de sus socios de coalición de extrema derecha, quienes han advertido que derribarán su gobierno si acepta las propuestas de mediación presentadas hasta ahora.
Algunos opositores argumentan que las ofertas discutidas no satisfacen las demandas de Israel y que dejarían a Hamás con cierta influencia en Gaza, sin eliminar por completo la amenaza que representa para el sur de Israel.
Este domingo, Netanyahu se reunió con ministros del gobierno y altos funcionarios de defensa para abordar la crisis de los rehenes. Se esperaba que los responsables de la seguridad advirtieran que Israel tendría que ser más flexible en las negociaciones para lograr la liberación de los rehenes, quienes enfrentan condiciones extremadamente difíciles.
Una encuesta realizada por el canal 12 de noticias la semana pasada mostró que el 69% de los israelíes apoyan un acuerdo que pondría fin a la guerra a cambio de la liberación de los rehenes, mientras que solo el 20% preferiría continuar con la lucha.
Se estima que 97 de los 251 rehenes secuestrados por Hamás el 7 de octubre siguen retenidos en Gaza, incluidos los cuerpos de al menos 34 personas, cuyas muertes han sido confirmadas por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
A finales de noviembre, Hamás liberó a 105 civiles durante una tregua de una semana, y previamente había liberado a cuatro rehenes. Las tropas israelíes han rescatado a ocho rehenes con vida y recuperado los cuerpos de 37 rehenes, incluidos tres que fueron erróneamente muertos por las fuerzas israelíes mientras intentaban escapar.
Además, Hamás retiene a dos civiles israelíes que ingresaron a la Franja en 2014 y 2015, así como los cuerpos de dos soldados de las FDI que murieron en 2014.