Bombardeos estadounidenses impactaron múltiples objetivos en Yemen, con un saldo de al menos un muerto y más de una docena de heridos en la capital. El grupo hutí confirmó la cifra de víctimas tras los ataques que marcan la segunda semana de ofensiva aérea por parte de Washington.
Medios controlados por los rebeldes informaron que una persona murió y 13 resultaron heridas, incluidos tres niños, en un barrio residencial del oeste de Saná. Funcionarios de salud locales atribuyeron el ataque a Estados Unidos.
Reportes de la cadena saudí Al Hadath señalaron la muerte de un alto mando hutí durante el ataque a la capital. Sin embargo, la identidad del funcionario no fue revelada.
Imágenes difundidas por los hutíes mostraron un edificio colapsado entre escombros y charcos de sangre esparcidos sobre el suelo cubierto de polvo gris. A un costado, otra estructura seguía en pie, lo que sugiere el uso de una ojiva de menor potencia en el ataque.
Washington también dirigió bombardeos contra objetivos en Saada, bastión rebelde, así como en la ciudad portuaria de Hodeida y en la provincia de Marib, donde se ubican yacimientos de petróleo y gas bajo control de aliados del gobierno exiliado de Yemen.
La campaña aérea estadounidense continúa tras diez días de ofensiva sin señales de cese. El presidente Donald Trump mantiene la estrategia contra el grupo hutí, al que responsabiliza de amenazar el comercio marítimo y a Israel, al tiempo que busca presionar a Irán, su principal respaldo.
El gobierno de EE. UU. no ha revelado detalles sobre los sitios atacados. No obstante, el asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, aseguró que la ofensiva ha “eliminado a líderes clave hutíes, incluido su principal experto en misiles”.
Los rebeldes no han confirmado esta afirmación. En ocasiones anteriores, han minimizado sus pérdidas y exagerado sus ataques al intentar impactar buques de guerra estadounidenses.
“Golpeamos sus centros de mando”, declaró Waltz en el programa “Face the Nation” de CBS. “Hemos atacado nodos de comunicaciones, fábricas de armas e incluso instalaciones de producción de drones sobre el agua”.
Desde el 15 de marzo, los ataques aéreos de EE. UU. han dejado al menos 53 muertos. La ofensiva comenzó tras las amenazas hutíes de atacar nuevamente barcos “israelíes”, en respuesta al bloqueo de ayuda humanitaria hacia Gaza por parte de Israel.

Los hutíes han declarado que sus ataques se enfocan en embarcaciones con vínculos israelíes en apoyo a Gaza, aunque también han impactado buques sin conexión aparente con Israel.
Las incursiones hutíes contra la ruta marítima del mar Rojo se iniciaron en noviembre de 2023, un mes después del asalto del grupo terrorista Hamás al sur de Israel, donde murieron unas 1.200 personas y 251 fueron secuestradas, desatando la guerra en Gaza.
Más de 100 barcos mercantes han sido atacados por los hutíes con misiles y drones, causando el hundimiento de dos embarcaciones y la muerte de cuatro marineros entre noviembre de 2023 y enero de este año. También intentaron impactar buques de guerra estadounidenses, aunque sin éxito hasta el momento.

la guerra ha elevado el perfil de los hutíes, quienes enfrentan una crisis económica y han intensificado la persecución de disidentes y trabajadores humanitarios en una guerra que ha devastado Yemen durante una década.
El lema del grupo hutí, “Muerte a Estados Unidos, muerte a Israel, una maldición sobre los judíos”, sigue presente en su retórica. Tras la tregua entre Israel y Hamás en enero, los ataques marítimos cesaron temporalmente. Sin embargo, con la reanudación de los combates en Gaza la semana pasada, los hutíes han vuelto a lanzar misiles contra Israel y a atacar barcos en el mar Rojo.