El Tribunal Superior de Londres dictaminó hoy sobre un recurso presentado por la organización propalestina Al-Haq, que buscaba prohibir al Reino Unido el suministro de componentes para los aviones de combate F-35 utilizados por Israel.
La entidad argumentó que la exclusión de estas piezas de una suspensión de licencias de exportación resultó ilegal, debido a una supuesta mala interpretación del gobierno británico de las normas del derecho internacional. Los ministros rechazaron esta acusación y defendieron la legalidad de sus decisiones.
El gobierno británico suspendió previamente varias licencias de exportación de equipos militares tras determinar que existía un riesgo de que Israel violara el derecho internacional humanitario en Gaza. Sin embargo, eximió de esta medida a ciertos componentes de los aviones furtivos Lockheed Martin F-35, esenciales para el programa internacional de defensa en el que participa el Reino Unido. Estos componentes se integran en una cadena de suministro global que apoya la producción y mantenimiento de las aeronaves.
John Healey, secretario de Defensa, afirmó que una interrupción en el suministro de estas piezas afectaría gravemente al programa F-35 en su totalidad. Según Healey, esta decisión tendría consecuencias significativas para la paz y la seguridad internacionales, dado el papel crucial del programa en la colaboración militar global.