Los gobernantes de Azerbaiyán y Armenia han expresado su confianza en la posibilidad de llegar a un acuerdo de paz duradero, a pesar de sus diferencias con respecto al conflicto en el territorio de Nagorno-Karabaj.
Historia de un conflicto de larga data
Desde la disolución de la Unión Soviética en 1991, Azerbaiyán y Armenia han enfrentado dos guerras por el control de Nagorno-Karabaj, un enclave montañoso que es oficialmente parte de Azerbaiyán, pero está poblado en su mayoría por armenios étnicos.
A raíz de los fuertes combates y un cese al fuego mediado por Rusia, en 2020 Azerbaiyán logró tomar control de las áreas del enclave que eran controladas por armenios.
Desde aquel momento, ambos países han estado trabajando en un acuerdo de paz que incluye la definición de las fronteras, la resolución de las diferencias sobre el enclave y el restablecimiento de las relaciones bilaterales.
Esperanza en medio de las discrepancias
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, expresó en una entrevista que ve posible una pronta resolución del conflicto, siempre y cuando Armenia desista de cuestionar la integridad territorial de Azerbaiyán.
Por su parte, el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, se mostró cautelosamente optimista durante su propia entrevista, recalcando la necesidad de un compromiso por parte de todas las partes involucradas para lograr la paz.
Dificultades para el acuerdo
Pashinyan acusó a Azerbaiyán de seguir bloqueando el suministro de alimentos y medicinas hacia Karabaj a través del corredor de Lachin, la única ruta que une Armenia con el enclave, lo cual está generando una crisis humanitaria.
Aliyev, por otro lado, rechazó estas acusaciones, asegurando que no se está limitando la libre circulación y que más de 2000 habitantes de Karabaj han podido desplazarse desde que se estableció un puesto de control fronterizo en abril.
La situación actual
Aliyev afirmó que los armenios de Karabaj vivirán una vida normal si se integran a la sociedad azerbaiyana, con garantías de seguridad y pleno goce de sus derechos.
En contraparte, Bakú se ha negado a atender las solicitudes de Ereván de proporcionar más garantías de seguridad para los armenios étnicos del enclave.
El primer ministro armenio también señaló que el conflicto en Ucrania ha desviado la atención de la situación en Karabaj, limitando la capacidad de otros actores para enfocarse en esta cuestión.