Los partidarios judíos de Andrew Cuomo expresan temor y angustia tras la concesión de la victoria de Cuomo al activista antiisraelí de extrema izquierda Zohran Mamdani durante el evento de la noche electoral en el centro de Manhattan.
“Tuve mucha esperanza hasta el final”, dice Ariel Kohane, un judío ortodoxo moderno de Manhattan. “Siento un gran vacío en el estómago”.
Kohane, republicano, afirma que apoyó al candidato republicano Curtis Sliwa hasta hace unos días.
Decidió respaldar a Cuomo cuando vio que Sliwa no tenía posibilidad de ganar. Participó en la maratón de la ciudad de Nueva York el fin de semana con una pancarta de Cuomo y una kipá con la imagen del presidente estadounidense Donald Trump.
“Dije: ‘Bueno, tengo que apoyar a Cuomo porque es la mejor opción, la única forma de detener a Mamdani’. Al menos Cuomo no es antisemita. Al menos nos permitirá a los judíos vivir nuestras vidas”, dice Kohane.
“Incluso llevar una kipá en la calle ahora probablemente será mucho más peligroso. Nunca pensé que algo así ocurriría en ningún lugar de Estados Unidos, y mucho menos en Nueva York”, afirma.
Moshe Spern, quien dirige un grupo de apoyo a los maestros judíos de la ciudad y fue voluntario en la campaña de Cuomo, teme por la educación bajo una administración de Mamdani.
“Me preocupa el adoctrinamiento de los niños para que odien a Israel, que crean que Israel es un paria o que comete genocidio, algo que Zohran repite desde hace dos años”, declara.
“Me inquieta la educación y cómo pensará y votará la próxima generación de niños. Me preocupa el futuro de esta ciudad y el de este país”, añade Spern.
“Como judíos, debemos recordar que, aunque las cosas no salieron como esperábamos, siempre existe un plan mayor para todos nosotros y debemos mantenernos unidos”, afirma.
“Estoy destrozada”, dice Barbara Schwartz, residente del Upper East Side de Manhattan. “Apoyo a los judíos y estoy absolutamente desesperada. Me resulta insoportable estar aquí en Nueva York con él como alcalde”.
“Me asusta el antisemitismo en la esquina de mi calle. Me asusta que haya una marcha o algo parecido y que nos ataquen. Nunca había sentido eso en mi ciudad”, dice.
