Médicos suizos iniciaron una huelga de hambre frente al Parlamento el lunes en protesta por la guerra en Gaza, con el fin de presionar a Berna para que adopte una postura más crítica hacia Israel. Al mismo tiempo, el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos acusó a Israel de emplear una “retórica genocida” contra los palestinos en la Franja y exigió el fin de la “carnicería”.
Suiza ha condenado algunas acciones israelíes en la guerra, como el ataque a un hospital el mes pasado, pero se ha abstenido de adoptar medidas más severas reclamadas por los manifestantes, entre ellas la imposición de sanciones a Israel o el reconocimiento de un Estado palestino.
Los médicos se han registrado para protestar frente al Parlamento en parejas, vestidos con batas médicas y estetoscopios manchados de sangre falsa, y se relevan en ayunos de 24 horas durante la sesión parlamentaria de septiembre.
“Una bata blanca solía protegerte. Hoy, si quieres salvar tu vida, te la quitas. Eso es intolerable, e igualmente intolerable es que no reaccionemos”, declaró el profesor Pietro Majno-Hurst, cirujano y miembro de Trabajadores Suizos de la Salud contra el Genocidio.
Israel ha rechazado las acusaciones de genocidio en Gaza y responsabilizó a Hamás de ocultarse en infraestructuras civiles, incluidos hospitales.
La protesta en Suiza se suma a manifestaciones en universidades suizas y a otras concentraciones contra Israel realizadas durante el fin de semana. “El gobierno está actualmente en silencio, inactivo, bastante cobarde y sin coraje. Creo que ha llegado la hora de un cambio”, señaló el profesor Karl Blanchet, director del Centro de Estudios Humanitarios de Ginebra, quien participa en la protesta.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Nicolas Bideau, afirmó que Suiza estaba “profundamente preocupada” por la situación humanitaria en Gaza y reiteró los llamados a un alto el fuego y al respeto del derecho internacional humanitario.
“El Consejo Federal considera que el reconocimiento de un Estado palestino forma parte de la perspectiva de una paz duradera basada en la solución de dos Estados”, añadió.
Suiza, que mantiene estrechos vínculos con Israel, pero defiende su tradición de neutralidad, adoptó las sanciones de la Unión Europea contra Rusia por la guerra en Ucrania, lo que generó acusaciones de doble rasero por parte de algunos críticos.
Bideau explicó que Suiza carece de autonomía legal en materia de sanciones y solo puede adherirse a las de la ONU o a las de sus principales socios comerciales, que hasta ahora no han impuesto sanciones por la guerra en Gaza.
Dos ciudadanos suizos figuraron entre las víctimas del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, cuando miles de milicianos irrumpieron en el sur de Israel y mataron a unas 1.200 personas, además de secuestrar a 251.
La ofensiva de represalia de Israel en Gaza ha provocado más de 64.000 muertos, según el Ministerio de Salud de la Franja, controlado por Hamás. Las cifras no han podido verificarse de manera independiente y no diferencian entre civiles y combatientes.
Israel asegura haber eliminado a más de 22.000 combatientes en combate hasta agosto, además de otros 1.600 milicianos dentro de Israel durante el ataque del 7 de octubre.
Por otra parte, Naciones Unidas informó el mes pasado que en algunas zonas de Gaza se alcanzaron niveles de hambruna, la categoría más alta en su escala. Israel rechazó ese informe, acusó a Hamás de desviar envíos de ayuda y responsabilizó a la ONU de retrasos en la distribución.
En un discurso criticado por Israel, el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Turk, acusó a las autoridades israelíes de utilizar “retórica genocida” abierta sobre Gaza y pidió una acción internacional decisiva para “poner fin a la carnicería”.
Turk subrayó ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU que, después de casi dos años de guerra, “la región clama por paz. Gaza ya es un cementerio”, afirmó Turk, y acusó a Israel de provocar “un sufrimiento indescriptible y una destrucción total”.
“Estoy horrorizado por el uso abierto de retórica genocida y por la vergonzosa deshumanización de los palestinos por parte de altos funcionarios israelíes”, declaró Turk, sin dar ejemplos. Su portavoz, Ravina Shamdasani, señaló a la AFP que “no se trata de un caso aislado de un alto funcionario que se queja”.
Varios países han sancionado al ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, por pedir que Gaza sea “totalmente destruida”, y al ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, por instar a Israel a “abrir las puertas del infierno en Gaza” y “alentar” a sus habitantes a emigrar.
Shamdasani recordó también la declaración de la ministra de Protección Ambiental, Idit Silman, quien en febrero afirmó que la única solución para la Franja era “vaciar Gaza de gazatíes”.
Asimismo, el ministro de Patrimonio, Amichay Eliyahu, declaró en una entrevista radial en julio que Israel ejerce presión para “aniquilar” Gaza. “Una mayor militarización, ocupación, anexión y opresión solo generará más violencia, represalias y terror”, afirmó Turk.
Añadió que Israel tenía “la obligación legal de aplicar las medidas ordenadas por la Corte Internacional de Justicia para prevenir actos de genocidio, sancionar la incitación al genocidio y garantizar el ingreso suficiente de ayuda a los palestinos en Gaza”.
El alto comisionado de la ONU sostuvo que la comunidad internacional no cumple con su deber hacia el pueblo de Gaza. “¿Dónde están las medidas decisivas para impedir el genocidio?”, cuestionó.
Israel, que se retiró del Consejo de Derechos Humanos de la ONU a comienzos de este año, no estuvo presente en la sesión en que Turk presentó su informe, pero reaccionó con dureza.
Turk “se deja llevar por el activismo antiisraelí que domina su oficina”, escribió el embajador de Israel ante la ONU en Ginebra, Daniel Meron, en X, y lo acusó de difundir retórica difamatoria y de socavar la seguridad del Estado judío”.