Una mujer judía en Reino Unido que cumplió 101 años esta semana describió cómo era vivir en el mismo edificio de apartamentos que Adolf Hitler en el Múnich de los años 30 antes de que ella y su familia tuvieran que huir de Alemania para evitar la persecución.
La centenaria Alice Frank Stock dijo al Daily Mail que a pesar de vivir solo a varias puertas del líder nazi en Prinzregentplatz solo lo veía raramente, normalmente cuando entraba en el edificio.
“Yo también lo vi una o dos veces llegar a casa. Su coche se acercaba. Dos hombres de las SS saltaban y se paraban a cada lado y él corría hacia la casa, aterrorizado obviamente de que alguien tratara de matarlo”, recordó.
“Nunca le hablé”.
Describió cómo la cocinera católica de su familia, a la que describió como “muy anti-Hitler”, dijo una vez que Hitler “debería ser colgado”, aterrorizándola.
Jewish woman reveled she was Hitler’s next-door neighbor for many years https://t.co/GBuf5ByOyS
— VINnews (@VINNews) February 12, 2020
“Nos meterás a todos en un campo de concentración”, recordó Stock advirtiéndole.
Stock también recordó haber visto un ataúd que fue retirado del edificio y haber pensado que pertenecía a la sobrina de Hitler, Geli Raubal, que vivía con él y se suicidó en su apartamento.
“Escuchamos muchos [rumores], de la cocinera y otros. Vimos un ataúd siendo sacado de la entrada”, dijo.
“Creo que una sobrina de Hitler vivía allí y luego murió. Se especuló sobre cómo y cuándo murió. Creo que era cierto que el ataúd fue llevado y que en él había una mujer. Pero nunca hubo confirmación, y no se podía hablar abiertamente”.
Hablando con The Bristol Post, describió su “encantador apartamento, con cuatro o cinco dormitorios, un gran salón y un comedor”.
“El salón era muy grande y teníamos dos pianos de cola”.
“Éramos judíos y una vez que los nazis llegaron al poder se le pidió a mi padre que se retirara”, dijo Stock, describiendo cómo tuvo que ir al Reino Unido a la edad de 17 años porque como judía no podía asistir a la universidad en Alemania.
“Mis padres se quedaron en Múnich y yo conseguí un trabajo en Londres, pero luego la situación en Alemania empeoró mucho más. El día después de la Noche de los Cristales Rotos [Kristallnacht] una amiga de mis padres les llamó diciendo que su marido había sido llevado a un campo de concentración”.
Consiguió un permiso para que sus padres se reunieran con ella en el Reino Unido (tuvieron que vender un valioso violín para recaudar las 1.000 libras esterlinas necesarias para un permiso) justo antes de que estallara la guerra en 1939.
Stock trabajaría para la BBC y la OCDE, donde conoció a su marido, Roy Macdonald Stock.
Cuando el Daily Mail le preguntó qué le diría a Hitler si pudiera hablar con él, respondió que “no querría hablar con él porque mis sentimientos serían demasiado fuertes”.