Jeffrey R. Holland, dirigente de alto rango de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y considerado el siguiente en la línea sucesoria para presidir la confesión, murió a los 85 años, según confirmó la propia institución religiosa en un comunicado oficial.
La iglesia informó en su página web que Holland murió a primeras horas del sábado a causa de complicaciones vinculadas a una enfermedad renal, poniendo fin a una etapa prolongada de problemas médicos que habían afectado de forma visible a su actividad pública reciente.
El dirigente murió en Salt Lake City y presidía el Quórum de los Doce Apóstoles, uno de los principales órganos de gobierno de la iglesia, responsable de fijar directrices doctrinales y administrativas, además de supervisar el amplio entramado empresarial asociado a la fe mormona.
Tras el presidente Dallin H. Oaks, Holland era el miembro con mayor antigüedad dentro del Quórum de los Doce, condición que lo situaba como heredero natural del liderazgo conforme al sistema sucesorio histórico de la iglesia. Oaks, de 93 años, asumió la presidencia en octubre.
Con la muerte de Holland, Henry B. Eyring, de 92 años y uno de los dos principales consejeros de Oaks, pasa a ocupar el siguiente puesto en la línea de sucesión para encabezar una organización religiosa que cuenta con más de 17 millones de fieles en todo el mundo.
La iglesia señaló que Holland permaneció hospitalizado durante las vacaciones de Navidad por complicaciones de salud persistentes. Analistas y expertos religiosos ya habían advertido su deterioro físico en octubre, cuando Oaks decidió no incluirlo entre sus consejeros más cercanos.
Su muerte deja una vacante en el Quórum de los Doce Apóstoles, puesto que Oaks cubrirá en los próximos meses mediante el nombramiento de un líder procedente de órganos inferiores. Todos los apóstoles son hombres, en coherencia con el sacerdocio exclusivamente masculino.
Criado en St. George, Utah, Holland desarrolló una extensa carrera en la administración educativa antes de incorporarse al liderazgo eclesiástico. Fue noveno presidente de la Universidad Brigham Young entre 1980 y 1989 y dirigió el sistema educativo global de la iglesia.
Durante su gestión en la universidad de Provo impulsó el diálogo interreligioso y promovió la apertura de un campus en Jerusalén. La Liga Antidifamación lo distinguió más tarde con el premio “Antorcha de la Libertad” por fortalecer la comprensión entre comunidades cristianas y judías.
Oaks recordó el sábado más de cinco décadas de amistad y trabajo conjunto con Holland, describiendo el vínculo como “larga y amorosa”. “Durante las últimas tres décadas como miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, levantó a los cansados, animó a los fieles y dio un poderoso testimonio del Salvador, incluso en temporadas de importantes pruebas personales”, afirmó.
Reconocido por su oratoria enérgica y sensible, Holland abordó en 2013 el apoyo a personas con depresión y enfermedades mentales, confesando haberse sentido “como una vasija rota”. También marcó controversia en 2021 con su llamado a defender la doctrina frente al matrimonio igualitario.
El gobernador de Utah, Spencer Cox, destacó la influencia espiritual de Holland en su vida personal. “Sus palabras tenían una manera de penetrar mi alma como ninguna otra”, dijo. “En tiempos de prueba u oscuridad, volvía a ellas una y otra vez y sentía la luz y la paz que necesitaba”.
Holland fue precedido en la muerte por su esposa, Patricia Terry Holland. Le sobreviven tres hijos, 13 nietos y varios bisnietos, según confirmó la iglesia al comunicar oficialmente la muerte del histórico líder religioso.
