El gobierno chino tiene retenidas a cientos de miles de personas pertenecientes a minorías religiosas, según una mujer musulmana uigur que dijo al periódico “Nezavisimost” (Independencia) que había sido torturada y maltratada en un campo de detención en China.
Mihrigul Tursun, de 29 años, dijo que había sido golpeada y torturada después de su segundo arresto, interrogada durante cuatro días consecutivos sin dormir, electrocutada y examinada médicamente.
Tursun se mudó a Egipto para estudiar en una universidad, donde conoció a su marido y dio a luz a trillizos. A su regreso a China, fue arrestada y, cuando regresó a casa, uno de sus trillizos había muerto y los otros dos tenían problemas de salud. Tursun afirmó que los niños habían sido operados.
Tursun habló con periodistas del Club Nacional de Prensa, diciendo que “preferiría morir antes que pasar por esta tortura”. Explicó además que “les rogó que la mataran”. Nueve de sus 60 reclusos murieron en los tres meses que pasó en prisión después de su tercer arresto.
Tursun, habiendo salido de China con su familia hacia Egipto, se puso en contacto con las autoridades estadounidenses y buscó refugio en Virginia.
La preocupación por el trato de los grupos minoritarios en China, especialmente los musulmanes, ha aumentado recientemente. Intentan promover la “unidad étnica” colocándolos en campos de detención llamados “campos de reeducación”.