El suburbio de Skokie, ubicado en el área metropolitana de Chicago, confirmó los resultados de la investigación policial sobre el ataque perpetrado el 7 de octubre contra un grupo de niños judíos en Shawnee Park. Las autoridades determinaron que el hecho, ocurrido durante la festividad de Sucot, constituye un crimen de odio.
Según informó la Alianza Judía de Chicago, cinco menores de entre ocho y trece años fueron abordados por un grupo de aproximadamente veinte adolescentes que les preguntó si eran judíos. Al responder afirmativamente, los agresores profirieron insultos antisemitas y dispararon con pistolas de gel, de acuerdo con el testimonio de Daniel y Robyn Burgher Ackerman, padres de una de las víctimas.
El Departamento de Policía de Skokie informó que respondió al llamado el mismo día del ataque, identificó a los menores presuntamente implicados y elaboró un informe. Aunque la investigación concluyó sin que se anunciara una medida disciplinaria específica, el caso se documentó y remitió a la Comisión de Relaciones Humanas, encargada de emitir una recomendación.
La alcaldesa Ann Tennes declaró que “no hay lugar para el odio en Skokie” y reafirmó el compromiso del municipio con la inclusión y la seguridad. El Distrito de Parques comunicó que tuvo conocimiento del ataque solo esta semana y manifestó su disposición a colaborar con la Comisión y la policía para evitar nuevos incidentes.
Los Ackerman y la Alianza Judía de Chicago expresaron preocupación por la ausencia de acciones visibles tras la conclusión de la pesquisa. En una publicación oficial, el Departamento de Policía reconoció que “debido a las declaraciones antisemitas que demuestran el sesgo como un probable motivador en la agresión que involucra al blaster de gel, el Departamento ha clasificado este incidente como un crimen de odio”.
El informe detalla que uno de los menores recibió el impacto de una bolita de gel en la pierna. Aunque la investigación formal concluyó, las autoridades mantienen abierta la resolución administrativa del caso, cuya clasificación como crimen de odio se efectuó tras la revisión inicial realizada el mismo 7 de octubre.
La Alianza Judía de Chicago anunció que centrará su intervención en la reunión de la Junta del Village of Skokie del 3 de noviembre para exigir mayor transparencia. Su presidente, Daniel Schwartz, declaró que “la clasificación de un crimen de odio nunca debe depender de la cobertura de los medios o la presión de la comunidad. Debe ser inmediata, transparente y guiada por la claridad moral”.
Según Schwartz, durante el ataque los agresores amenazaron con usar armas reales contra las víctimas, y calificó el hecho como un “pogromo en el patio de recreo”. Añadió que la respuesta institucional fue insuficiente y que el suceso “perturbó profundamente a la comunidad judía local” por coincidir con el aniversario del ataque de Hamás contra Israel.
Los padres de las víctimas evalúan recurrir a asesoría legal. En su comunicado, los Ackerman escribieron: “Esto no era ‘niños siendo niños’. Este fue un ataque antisemita violento y dirigido contra menores judíos, con sus vestidos de sinagoga en una festividad judía”. Añadieron que la fecha del incidente, dos años después de la masacre del 7 de octubre de 2023, acentúa su gravedad.
